Libro de Jeremías Parte 1 Jeremías 31: 33

¡Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil! Verdad bíblica Verdad bíblica aplicada La Biblia nos enseña que Dios demanda toda nuestra alabanza, obediencia y adoración sólo para Él. Obedezcamos a su Palabra para serle fieles sin desviarnos por sendas que nos llevarán a la perdición.

Introducción El libro de Jeremías lleva el nombre de su autor (1:1), en hebreo Yirmeyahu “ יִרְמְיָהוּ‎”. Se coloca como el segundo libro de los profetas mayores en la biblia crsitiana. El libro contiene las profecías y advertencias que Dios hace notar a su pueblo, a través del profeta Jeremías, en específico al reino de Judá, por abandonar el pacto realizado por la generación del desierto en obedecer la ley de Dios. Los líderes de la época arrastraron al pueblo a seguir sus malos deseos, y abandonando el compromiso de ser una nación santa, se entregaron a la idolatría, mezclándose con las costumbres de los pueblos vecinos (Jer. 44:1-6). Aún en esta situación, se muestra la misericordia de Dios. Les cumplió la promesa de restaurarlos y reunirlos de los confines de la tierra (31:8, 28, 33).

1. El autor Profeta desde la edad juvenil durante el reinado de: Josías (640-609) Joaquín (609-528) Sedequías (598-586) Jeremías Final siglo VII- Principio siglo VI Pertenece a una familia sacerdotal de Ananot

1. El autor Se le prohibió casarse a causa de la época tan terrible en la que vivió (16:1-4). Fue rechazado por su pueblo (11:18-21); (12:6); (18:18). Fue odiado, golpeado, colocado en el cepo (20:1-3) Fue puesto en la cárcel y acusado de ser traidor (37:11-16). Su mensaje quebrantó su propio corazón. (9:1). Quiso dimitir de su cargo, pero Dios no se lo permitió (20:9). Vio la destrucción de Jerusalén y el cautiverio en Babilonia.El capitán de las fuerzas babilónicas le permitió permanecer en su tierra. Cuando el remanente quiso huir a Egipto, Jeremías profetizó contra ese deseo (42:15- 43:3). Fue obligado a ir con el remanente a Egipto (43:6-7) y murió allí. Según la tradición, fue apedreado por el remanente de israelitas. Una vida sufrida

2. La idolatría como causa principal del desastre judío (Jer.10:1-24). Por la idolatría, el hombre se deslinda del yugo de Dios, por la obstinación de seguir sus propios placeres, termina negando su voluntad y blasfemando contra el propósito divino de su creación. En el caso del pueblo de Israel, era ser una nación que guiará a las demás naciones a conocer y honrar al único Dios verdadero. Por esa razón, Dios ordena a su pueblo ser determinante en cuanto a la extinción de la idolatría en el Antiguo Testamento. Al corromperse con la idolatría, el pueblo de Israel se deslindó de su propósito y se acarreó a sí misma una sentencia dura que terminó con su destrucción y exilio, que, no sólo fue un “juicio” de parte de Dios, sino que, en realidad fue necesaria como un medio para despertar de su letargo espiritual al pueblo de Israel y llamarle al arrepentimiento.

Temas de los capítulos 1 al 39. Contenido del Libro de Jeremías (No necesariamente están en orden cronológico) Profecías contra Judá La era Mesiánica Profecías durante el asedio de Jerusalén

Profecías contra Judá Corrupción general (2-6). Contra el fetichismo del templo y el formalismo religioso (7-10). Dios no perdonará al pueblo que infringe el pacto (11-17). Simbolismo de la vasija rota. Sufrimientos de Jeremías (18-20). Censuras contra la corte y los jefes políticos y falsos profetas ( 21-23). Simbolismo de los dos cestos de higos (24). Predicción del exilio de setenta años y oráculos contra las naciones (25). Discurso en el templo y peligro para Jeremías (26). Muerte del profeta Urías (26:20-23). Jeremías y los falsos profetas (27-28). Carta a los deportados (29). Profecías contra Judá

Profecías durante el asedio de Jerusalén Retorno de Israel renovado (caps.30-31). El nuevo pacto (31:31-35). Compra simbólica del campo de Anatot (cap.32). Israel en la paz mesiánica (cap.33). La Era Mesiánica Contra la injusticia de tomar de nuevo a los esclavos (cap.34). Los recabitas (cap.35). El "rollo" quemado por Joaquim (cap.36). Encarcelamiento de Jeremías (caps.37-38). Toma de Jerusalén (cap.39). Profecías durante el asedio de Jerusalén

Error 1 Yo soy cristiano (a), creo en Dios y en Su Hijo Jesucristo, por lo tanto no practico la idolatría. Respuesta Bíblica: Mantenernos u obstinarnos en dirección contraria a su voluntad, nos pone en una posición de peor categoría que un idólatra, ya que, conociendo la realidad del Dios verdadero, seríamos culpables de pisotear la sangre de Jesucristo su Hijo (He.10:26-31). Podríamos acarrear a nuestra vida una sentencia divina que, aunque no será agradable, será necesaria a fin de hacernos despertar de nuestro letargo espiritual y hacernos voltear en arrepentimiento al camino trazado por nuestro Dios para nuestras vidas.

Para corregir (enderezar la dirección) Por tal motivo, debemos revisar con cuidado cada área de nuestra vida, debemos meditar si es que estamos realizando adecuadamente la voluntad de Dio. No es sólo asistir al templo y leer la Biblia, asistir a las campañas de evangelismo o a los congresos; sino a cosas sencillas, como que, cada esposo medite si trata a su esposa con honor y delicadeza, si le es fiel en sus pensamientos, si la honra al no codiciar otras mujeres con sus ojos. Si los hijos tratan con honra a sus padres, si no les gritan y los menosprecian por su edad o condición, si se esfuerzan en ayudarles con alguna cantidad mensual para su sostenimiento o con encargarse de alguna actividad en casa que les permita descansar. Como trabajadores o empleados, llegan puntuales, mantienen una forma limpia de hablar junto a sus compañeros de trabajo, no se prestan a asuntos desleales, se mantienen lejos de los chismes, realizan un trabajo de calidad. En general, si vivimos lejos del adulterio, de la codicia, vivimos con alegría, actuamos con tranquilidad, somos benevolentes; entre otras cosas sencillas como estas, son la verdadera muestra de una vida espiritual sana y sometida al yugo del Hijo de Dios.

Para instruir (Capacitar para vivir como a Dios le agrada) Debemos pedir la ayuda de Dios para fortalecer nuestra fe en Él y en su Palabra. La fe no sólo es una herramienta espiritual para pedir a Dios que nos permita la solución a nuestros problemas, o para recibir algo esperado. La fe completa en Dios, es saber confiar en que, si obramos su voluntad, Él tendrá el control de nuestras vidas y todo lo que nos rodea, que no habrá cosa alguna fuera de su voluntad en nuestro diario vivir, y que, en el momento correcto, Dios se encargará de colocarnos en el lugar adecuado, según su propósito para nosotros. Sin embargo, si en nuestra “obstinación (idolatria)” nos mantenemos transgrediendo su Palabra, también debemos esperar que, en el momento adecuado, Dios nos enviará una aflicción con el objetivo de hacernos despertar de nuestro letargo espiritual. Él nos llama hacia el arrepentimiento y esperará a que regresemos al camino correcto; y si esto llega a pasar, debemos saber que también será una gran bondad de Su parte, ya que, dicha aflicción será una invitación a acercarnos a Él y al cumplimiento de su Palabra.

Conclusión Aprendamos del pueblo de Israel, vivamos nuestra vida plena bajo el yugo de Dios y su hijo Jesucristo nuestro salvador. Su yugo es fácil y ligera su carga, acerquémonos a su trono de gracia para arrepentirnos y rectifiquemos nuestros caminos delante de Él, no esperamos una llamada de atención.