!Me has llamado!
Señor, en el silencio de mi vida, me has llamado Señor, en el silencio de mi vida, me has llamado. Visitaste mi profundidad, pronunciando mi nombre. Por eso estamos aquí diciéndote: Aquí estoy Señor porque me has llamado.
Mi corazón está herido, con el timbre de tu voz, de humilde mendigo de mi amistad. Por eso estamos aquí diciéndote: Aquí estoy Señor porque me has llamado.
Señor yo te he dicho si, me has dejado fascinado, con tu divina presencia. Por eso estamos aquí diciéndote: Aquí estoy Señor porque me has llamado.
Tus ojos me han mirado Señor, has llegado hasta lo más hondo, iluminando todo de generosidad y misericordia. Por eso estamos aquí diciéndote: Aquí estoy Señor porque me has llamado.
No te he visto pasar de largo, frente a mí, te he seguido con el corazón ardiendo por ti, tu voz que pronuncia mi nombre, me hace distinto. Por eso estamos aquí diciéndote: Aquí estoy Señor porque me has llamado.
Porque llevo la herida de tu amor, estoy en el camino, buscándote en compañía de mis hermanos. Por eso estamos aquí diciéndote: Aquí estoy Señor porque me has llamado.
Saboreamos todos juntos el gozoso compromiso, de ser llamados, de ser tus amigos y discípulos, estamos a tu disposición. Por eso estamos aquí diciéndote: Aquí estoy Señor porque me has llamado.
Permítenos Señor intercambiar la fascinación, que por Ti sentimos, unir nuestras vidas y nuestras fuerzas para expandir tu reino. Por eso estamos aquí diciéndote: Aquí estoy Señor porque me has llamado.
Comprendamos que no nos quieres solos, Nos necesitas totalmente abiertos, puro amor, Familia tuya, Pueblo de Dios. Por eso estamos aquí diciéndote: Aquí estoy Señor porque me has llamado.
Nuestra individualidad se vuelve conciencia de comunidad, porque estás aquí, en medio nuestro, resucitado y radiante. Por eso todos juntos te decimos: Aquí estamos Señor porque nos has llamado.
!Me has llamado!