El pueblo de Israel emigra a Egipto
Egipto era un país muy rico donde floreció una de las civilizaciones más importantes de la antigüedad. Los israelitas iban allí a comprar cereales cuando había sequías en Canaán. Una de estas sequías fue tan terrible que decidieron quedarse a vivir en Egipto.
Al principio los trataron bien gracias a José, un descendiente de Abrahán. Pero, como cada vez eran más, el faraón tuvo miedo de que se hicieran más poderosos; así que los convirtió en esclavos y los obligaba a hacer los trabajos más duros, como la construcción de las pirámides.
Los dioses egipcios Los egipcios creían en muchos dioses, a los que adoraban. Los más importantes eran: Ra, dios del sol; Thot, dios de la sabiduría; Isis, diosa de la luna; y Anubis, dios de los muertos. A los dioses les dedicaban ritos y les ofrecían regalos para conseguir favores.
Un país agrícola Egipto era un país agrícola. Todos los años, de agosto a octubre, las aguas del río Nilo se desbordaban e inundaban las orillas, creando así unos terrenos muy fértiles para el cultivo. De noviembre a febrero se retiraban las aguas y se sembraban las cosechas.
El faraón El faraón, que así se llamaba al rey de Egipto, era considerado un dios. Tenía mucho poder y un ejército muy numeroso y bien organizado. José el hijo de Jacob, llegó a ser gobernador de Egipto porque interpretó los sueños del faraón.
Las pirámides Los faraones y otras personas importantes eran enterrados en grandes pirámides de piedra. Los egipcios creían que había otra vida después de la muerte. Por eso, momificaban el cadáver y lo metían en un sarcófago con ofrendas, alimentos y todas sus pertenencias. Después, lo depositaban en una tumba dentro de la pirámide.
Los jeroglíficos Los egipcios inventaron un tipo de escritura que consistía en una serie de símbolos llamados jeroglíficos. Todavía se conservan jeroglíficos grabados en piedra y escritos en papiro. Muchos de ellos son inscripciones que se ponían en las tumbas.