Conmemoración de todos los fieles difuntos Día 2 de Noviembre de 2009 Conmemoración de todos los fieles difuntos

especialmente en el cementerio En este día recor-damos a nues-tros difun-tos. especialmente en el cementerio

Hay quienes están enterrados en tumbas hermosas.

Pero otros muchos están en tumbas casi desconocidas.

Unos derraman lágrimas por sus difuntos.

Hay personas que adornan las tumbas con muchas flores.

Algunos llenan la tumba de velas.

Otros rezan ante la tumba de sus seres queridos.

La vida va hacia la muerte. “Lazos de muerte a todos nos alcanzan, las redes del abismo nos envuelven, pueblos enteros lentamente avanzan, y a todos los que van ya nunca vuelven”.

Los cipreses nos indican que hay otra vida Los cipreses nos indican que hay otra vida. Nos enseñan a mirar hacia arriba.

La cruz en el cementerio es esperanza de una nueva vida.

No es fácil morir totalmente limpios No es fácil morir totalmente limpios. El Purgatorio existe para que nos podamos limpiar de los pecados pequeños y de los restos de otros pecados. De esa manera podremos entrar limpios en el cielo.

La purificación requiere un dolor La purificación requiere un dolor. Se suele expresar por llamas que purifican el alma o el espíritu.

En el Purgatorio se sufre con esperan-za, porque esperan la visión eterna en el cielo y esperan nuestra ayuda. Se sufre con amor, por que ya no pueden pecar y aman al verdadero AMOR.

La principal ayuda es la oración. La gran misericordia de Dios se muestra en que los que estamos en esta vida podemos aplicar nuestros méritos a los difuntos, sin que los perdamos. La principal ayuda es la oración.

La oración más apreciada por la Iglesia es la Santa Misa, pues nos unimos en nuestras plegarias al mismo Jesucristo, que se hace presente en el altar.

Nuestra vida es un camino que nos lleva al verdadero Sol de amor Dicen que nacemos para morir; pero creemos en Dios y sabemos que morimos para vivir.

Tu nos dijiste que la muerte no es el final del camino, que aunque morimos no somos carne de un ciego destino. Tu nos hiciste, tuyos somos, nuestro destino es vivir, siendo felices contigo, sin padecer ni morir.

Jesús muriendo entregó su espíritu a su Padre celestial. Eso es la muerte: ponernos en las manos de Dios.

Un día sentiremos las manos de Dios que nos acogen. Vivamos ya metidos en su regazo amoroso.

La muerte no es el final Cristo resucitó Automático

La muerte ha sido vencida Después de Jesús, la muerte ya no es signo de tristeza, sino es el triunfo del amor.

El ángel les dice a las mujeres: “¿Porqué buscáis entre los muertos al que vive?” Así se les podría decir a muchos cristianos cuando piensan en la muerte.

Si Cristo ha resucitado, resucitarán los muertos.

Los santos sabían que su muerte era la entrada en la Gloria. Así lo celebra la Iglesia

Jesús espera a los del Purgatorio con los brazos abiertos y habrá gran fiesta en el cielo

Que la Virgen Madre nos ayude a llegar pronto al cielo AMEN