El Bien Común

Cuando se habla de bien común se hace referencia al perfeccionamiento de la persona, y al hecho que cada uno por sí solo no sería capaz de crecer, no estaría en grado de tener a su alcance todo lo necesario para ello

El bien común es un bien superior respecto al bien particular o privado de cada persona y a la vez es inseparable del bien de la persona misma Que el bien común sea considerado como un bien de orden superior demuestra que éste –como su objeto– es el problema central de la ética social

El bien común «no es la simple suma de los intereses particulares, sino que implica su valoración y armonización, hecha según una equilibrada jerarquía de valores y, en última instancia, según una exacta comprensión de la dignidad y de los derechos de la persona»

Se podría decir que toda la doctrina social tiene su fundamento en la afirmación del Concilio sobre cómo concibe la perfección de la persona: «el hombre única criatura terrestre a la que Dios ha amado por sí mismo, no puede encontrar su propia plenitud si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás»

Esta afirmación permite decir que existe un vínculo estrechísimo entre solidaridad y bien común; que «la solidaridad es el bien común en acción»; que gracias a la práctica de la solidaridad el hombre se realiza a sí mismo en el complementar a los otros que existen y actúan con él

La relación con una serie de valores aceptados en común que unifica a muchos “yo” en un “nosotros” –y ya que «el bien común se puede considerar como la dimensión social y comunitaria del bien moral»–, no puede tampoco dejar de fundarse «en la relación con la verdad y el bien “verdadero”». Y por ser común implica a todos, porque «por su naturaleza […], en su dimensión más plena es el bien de todos»; debe garantizar el bien de cada sujeto que forma la comunidad social y de cada expresión de la dimensión interpersonal y social de la comunidad

El ejemplo primero y más claro de una relación que une, de un conjunto de valores aceptados en común que perfecciona a quienes la establecen, se encuentra en una de las dimensiones interpersonales de la comunidad que es la relación “yo-tú”, cuya expresión más elevada como communio personarum se tiene en el matrimonio

En el matrimonio, dos personas se unen en relación con lo que se puede definir el bien común del matrimonio y de la familia, lo que constituye este bien se expresa a través del consentimiento que recíprocamente se expresan: «el amor, la fidelidad, la honra, la duración de su unión hasta la muerte […]. El bien de ambos, que lo es de cada uno, deberá ser también el bien de los hijos. El bien común, por su naturaleza, a la vez que une a las personas, asegura el verdadero bien de cada una»

El Concilio expone cuáles son las condiciones para que la persona se realice; son condiciones que incluyen y suponen el respeto de los derechos humanos; son condiciones que permiten a las personas y a las comunidades pasar de condiciones menos humanas a condiciones más humanas, desarrollarse plenamente

Es el «conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de la propia perfección […] Es, pues, necesario que se facilite al hombre todo lo que éste necesita para vivir una vida verdaderamente humana, como son:

el alimento el vestido la vivienda el derecho a la libre elección de estado y a fundar una familia a la educación al trabajo a la buena fama al respeto a una adecuada información a obrar de acuerdo con la norma recta de su conciencia a la protección de la vida privada a la justa libertad también en materia religiosa

Si todos tienen responsabilidades en la búsqueda y consecución del bien común, una responsabilidad particular atañe a la comunidad política y al Estado, debido a que éstos tienen en el bien común su razón de ser y su legitimidad primigenia. De esto deriva que el poder en una comunidad tiene limites, los limites que le marcan los derechos humanos –comenzando por el derecho a la vida– de todas y cada una de las personas que la conforman, especialmente de las más débiles

El bien común es, o debe ser, la meta prioritaria de toda expresión de sociabilidad, porque es precisamente en base a la relación con este bien como muchos “yo” se unen y se constituyen en un “nosotros”, de él dependen el significado y la subsistencia de cada comunidad