. Marcelino me dice:
(Carta 014; al H. Bartolomé, el 21 de enero de 1830) Jesucristo prohibía a sus discípulos impedir a los niños se acercasen a él. Y Usted, hace todo lo posible por llevarlos a él. Marcelino me dice:
(Carta 019; al H. Bartolomé, el 3 de enero de 1831) Por el dulce nombre de padre que ustedes me dan, les llevo a todos muy hondo en mi corazón. Marcelino me dice:
(Carta 020; a los HH. Antonio y Gonzaga, el 4 de febrero de 1831) Digan a sus niños que pueden considerarse muy felices de ser tan amados por Jesucristo como en verdad lo son. Marcelino me dice:
(Carta 021; al Alcalde J.B. Mondon, en abril de 1831) El único fin que persigo, y que está presente en todos nuestros sacrificios, proviene del deseo de hacerles el bien a los niños de su municipio. Marcelino me dice:
(Carta 028; a Mons. Alejandro Devie, en julio de 1833) Esa benéfica obra no se aparta de mi objetivo, puesto que ella concierne principalmente a la educación de los pobres. Marcelino me dice:
Los llevo a todos con mucho cariño en mi corazón. Marcelino me dice: