La Iglesia cristiana. Los clérigos
Un estamento privilegiado Junto a la nobleza, los hombres y mujeres pertenecientes a la Iglesia (eclesiásticos) constituían el otro estamento privilegiado. Entre ellos, había grandes diferencias en cuanto a riqueza, y modo de vida, pues si los cardenales, obispos, abades y abadesas podían equipararse a la alta nobleza, de la que a menudo procedían por nacimiento, los curas de las aldeas y gran parte de los monjes apenas se diferenciaban de los campesinos.
Una Europa cristiana Hacia el año 1000, la mayor parte de los europeos eran ya cristianos, tras la conversión de los normandos, los magiares y los eslavos. La Cristiandad se dividió en dos grandes zonas, la occidental, que reconocía como cabeza al Papa, y la oriental que no aceptaba su supremacía. La Iglesia fijaba las obligaciones religiosas y morales de los cristianos, así como los ritos que marcaban los principales momentos de la vida: nacimiento, matrimonio o muerte.
Organización de la Iglesia La Iglesia poseía grandes feudos y cobraba el diezmo. En su organización cabe distinguir dos grandes sectores: Clero secular: constituido por los párrocos, encargados de una parroquia; los obispos, que regían una diócesis, integrada por un conjunto de parroquias; y los arzobispos, que gobernaban una archidiócesis (un conjunto de diócesis) Clero regular: integrado por los monjes y monjas que vivían en monasterios bajo la autoridad de un abad o de una abadesa.
Papa Gregorio VII (1073-1085) Monje