Todos tenemos un propósito
Dios te ha dado un propósito, un destino determinado. Quiere que algo sea realizado a través de ti.
Todo el mundo viene aquí con una semilla No es nada más que una semilla, y no puedes ver en ella qué flores van a brotar. Pero la semilla está allí y las flores están esperando.
Y a menos que hayas florecido, no podrás mostrarle tu cara a Dios.
Te ha sido dado un objetivo, pero yace en tu más profundo inconsciente.
Tienes que buscarlo, tienes que excavar para encontrarlo, tienes que descubrirlo.
No está disponible, es invisible. Y es fantástico que sea invisible porque eso te convierte en un buscador, en un descubridor.
Tendrás que excavar, como se hace para abrir un pozo. Capas y capas de lodo... días y días, sin ver signo alguno del agua.
«Es inútil, ¡Parece que aquí no haya agua!». Muchas veces te sentiras cansado, exhausto, desesperado. Y, dejaras de cavar diciendo: «Es inútil, ¡Parece que aquí no haya agua!».
Muchas veces te pasará esto en tu viaje espiritual, pero si continúas ahondando, un día aparecerán las primeras señales de agua. El amor empieza a fluir. Al principio estará enfangado, lleno de muchas otras cosas.
Sigue excavando... Y el agua clara… fluirá.
y llegaras al origen, a la fuente. Sigues cavando..., y llegaras al origen, a la fuente.
Ahora podrás tomar tanta agua como quieras, el pozo nunca estará vacío.
Respondió Jesús: “Todo el que beba del agua que yo le daré, no volverá a tener sed jamás, sino que dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna.” Juan 4:13-14
Música http://www.granosdemaiz.com