Reflexión 1
Dios mío, concédeme un corazón comprensivo, capaz de discernir cuales son las perlas de sabiduría que tu tienes reservadas para mi, en cada evento de mis días.
Dios mío, que no desista de aquello a lo cual tu me impulsas, que pueda escucharte en los silencios que tu me hablas.
qué no los defraude con mi indiferencia, Dios mió, que nunca olvide a quienes me acompañan en este camino de la vida, qué no los defraude con mi indiferencia, mi desamor, o mi resentimiento.
Dios mío, permíteme ser luz en la oscuridad, ser bálsamo y consuelo para aquel que sufre, que espera, que llora.
Dios mío, enséñame a ser paciente, serena y cautelosa cuando no comprenda tus designios, cuando me cueste aceptar tu voluntad.
Dios mío, tómame de tu mano, y guíame sin escuchar mis quejas, mis debilidades y rebeldías, solo son aspectos de mi imperfección.
a no claudicar, a no desistir. Dios mío, tu sabes que te amo, que creo en ti, ayúdame a no defraudarte, a no claudicar, a no desistir.
Dios mío, permite que mis ojos expresen la paz y serena alegría que solo tu me das, al refugiarme en ti, hoy y siempre, eternamente. “Amen”