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Publicada porJosé Carlos Aranda Modificado hace 4 años
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Exposición Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. Juan 3, 16-18
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Reflexión Dios está enamorado de todos nosotros.
La prueba es que Él envió a su propio Hijo al mundo, entre los hombres, no para condenarnos, sino para salvarnos.
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¿Qué podemos hacer para agradecérselo?
Reflexión ¿Qué podemos hacer para agradecérselo?
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Oración Señor, tu sabes lo que vivo, lo que siento, lo que pienso, lo que me preocupa, lo que me falta y lo que deseo. Tú sabes cuando lloro, cuando río, cuando estoy en soledad. cuídame, protégeme, anímame a seguir adelante y acompáñame siempre. Amén.
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