En Rota, España, un hombre que se llamaba tío Buscabeatas cultivaba muchas calabazas. Todas sus calabazas tenían nombres como gorda redonda y colorada.
Un día, fue a su huerta y descubrió que todas sus calabazas eran robadas. Entonces fue al mercado en Cádiz para buscarlas.
En el mercado vio un hombre en un puesto de vegetales que tenía sus calabazas. El tio Buscabeatas dijo, Estas son mis calabazas. El hombre del puesto dijo, Mentira- estas son mías. Yo las compré del tío Fulano.
El policía vino y dijo que necesitaba pruebas que las calabazas pertenecían al tío Buscabeatas.
El tío Buscabeatas emparejó los tallos con sus calabazas y llevó el ladrón, tío Fulano, a la cárcel.