El que se guarda un elogio, se queda con algo ajeno.
Nada levanta tanto al hombre por encima de las mezquindades de la vida, como admirar. Sea lo que sea o a quienquiera que sea.
No admirarse de nada es todavía más estúpido que admirarse de todo No admirarse de nada es todavía más estúpido que admirarse de todo. Viene a ser casi lo mismo que no fijarse en nada.
El que no posee el don de maravillarse ni de entusiasmarse, más le valdría estar muerto, porque sus ojos están cerrados.
Al hacer una profunda reverencia a uno, siempre se le vuelve la espalda a otro.
Sorprenderse, extrañarse, es comenzar a entender Sorprenderse, extrañarse, es comenzar a entender. Los que saben mucho se admiran de pocas cosas, y los que no saben nada se admiran de todo.
Lo que sorprende, sorprende una vez, pero lo que es admirable lo es más cuanto más se admira.
Es fácil hacerse admirar cuando se permanece inaccesible.
Sorprendernos por algo es el primer paso de la mente hacia el descubrimiento.