“A la noche siguiente se le presentó el Señor y le dijo: Ten ánimo, Pablo, pues como has testificado de mí en Jerusalén, así es necesario que testifiques también en Roma”
Reconocer la providencia de Dios en nuestra vida, aún en medio de los desafíos para nuestra seguridad física y nuestra comodidad.
ENCUENTRO CON LOS DIRIGENTES DE JERUSALÉN “Haz, pues, esto que te decimos: Hay entre nosotros cuatro hombres que tienen obligación de cumplir voto” (Hechos 21:24). ¿De qué forma cedió Pablo a sus principios, para demostrar que aún era un fiel judío? La recomendación fue que Pablo probase que aún era un judío fiel. Había allí otros judíos que estaban bajo el juramento de nazareo. Al finalizar el período, que duraba treinta días, se esperaba que el participante raspase su pelo y lo quemara en holocausto (Números 6:18). Además, era necesario que algunos animales fueran ofrecidos en sacrificio (un cordero, una cordera y un carnero), además de la oferta de manjares (cereales) y libación de aceite (Números 6:14, 15). Evidentemente, tomar tal voto implicaba un alto costo financiero. La sugerencia, entonces, fue que Pablo se uniera a aquellos hombres y cubriera tales gastos. Al hacerlo, estaría demostrando su lealtad a la ley (Torah) y la improcedencia de los rumores a su respecto. Desgraciadamente, al acatar la recomendación de los líderes de Jerusalén, Pablo comprometió el mensaje en el que creía y que era el centro de su predicación. Su intención parece haber sido buena. En las palabras de Elena de White, él "creía que si por alguna concesión razonable pudiera ganarlos a la verdad, quitaría un gran obstáculo al éxito del evangelio en otros lugares”. No se hallaba, sin embargo, autorizado por Dios para ceder tanto como ellos pedían. PIENSA: En nuestros intentos por ser atinados, ¿cómo podemos cuidarnos para no cometer un error similar?
DISTURBIOS EN EL TEMPLO “Pero cuando estaban para cumplirse los siete días, unos judíos de Asia, al verle en el templo, alborotaron a toda la multitud y le echaron mano” (Hechos 21:27). ¿Qué ocurrió con Pablo al final de su período de siete días de purificación? El voto del nazareo requería una purificación en el tercero y en el séptimo días (Números 19:12). Pablo probablemente estaba volviendo al templo en el último de los siete días para completar el ritual, pero al ser identificado por un grupo de judíos provenientes de Asia, un gran alboroto comenzó. La acusación era que él había introducido en el templo a Trófimo, gentil cristiano de Éfeso, donde Pablo había estado durante tres años en su viaje reciente. A ningún gentil se le permitía adentrarse al patio interior del templo. La reacción fue inmediata. Los gritos enfurecidos de la multitud resonaban las mismas palabras que habían sido proferidas contra Esteban: "Este hombre no cesa de hablar contra el lugar santo y contra la ley" (Hechos 6:13). Obviamente la acusación era infundada, pues Lucas indica que Pablo y Trófimo habían sido avistados junto a la ciudad, no en el templo. pero no había tiempo para explicaciones. Pablo tendría que soportar el costo de su asociación con los gentiles. La ironía es que Pablo estaba en el templo justamente para realizar su propia purificación, pero en ese momento fue acusado de haberlo contaminado. PIENSA: ¿Por qué debemos ser tan cuidadosos con los rumores que oímos o, peor aún, con difundirlos?
ANTE LA MULTITUD “Varones hermanos y padres, oíd ahora mi defensa ante vosotros. Y al oír que les hablaba en lengua hebrea, guardaron más silencio…” (Hechos 22:1,2). ¿Qué argumentos utiliza Pablo y cómo reacciona la multitud ante sus palabras? Ante tanta injusticia, es natural que Pablo hubiera solicitado el derecho de defensa. Impresionado con la habilidad del apóstol de hablar en griego y asegurado de que él no era uno de los varios revolucionarios que causaban tumultos en la ciudad (Hechos 21:36-39), Lisias concedió al apóstol la oportunidad de hablar en defensa propia. Pablo recurrió a su propia experiencia de conversión, relatando su antiguo celo judío y como él había sido comisionado por el Jesús resucitado. Hasta ese punto, la multitud lo escuchaba atentamente. Pero, al mencionar su misión a los gentiles (Hechos 22:21), la multitud se quedó aún más irritada deseando quitarle la vida. La ira de los judíos motivó a Lisias a llevar a Pablo nuevamente a la fortaleza para interrogar por medio de azotes. Pablo se identifica como ciudadano romano y que no sería justo ser tratado así, por su ciudadanía romana. Aparentemente esa información sería para aliviar el sufrimiento, pero en verdad, el Señor lo permitió para que se cumpliera el deseo divino de que Pablo fuese a Roma a testificar delante de las altas cortes (Hechos 23:11). PIENSA: ¿Cómo reaccionas cuando se te juzga injustamente por tu fe?
ANTE EL SANEDRÍN “Entonces Pablo, mirando fijamente al concilio, dijo: Varones hermanos, yo con toda buena conciencia he vivido delante de Dios hasta el día de hoy” (Hechos 23:1). ¿Qué sucede con Pablo y cuál fue su discurso cuando es llevado ante el Sanedrín? Incapacitado de cerciorarse de las acusaciones de los judíos, Lisias decidió entregar a Pablo a la corte de juicio judía, el Sanedrín. En su discurso, Pablo buscó enfatizar que la real motivación detrás de las acusaciones era su esperanza en la resurrección de los muertos (Hechos 23:6). Teniendo en cuenta que el Sanedrín estaba compuesto por fariseos, que creían en la resurrección, y saduceos, que no crean, una nueva confusión se formó. La disputa se volvió tan violenta que Lisias tuvo que intervenir, llevando a Pablo de vuelta a la fortaleza. Sin embargo, más reconfortante que la intervención del comandante, fueron las palabras del propio Señor dirigidas al apóstol (vers. 11). ¡Dios estaba cuidando a Pablo y todavía lo usaría poderosamente! PIENSA: ¿Estarías dispuesto a mantener tu declaración de fe en la verdad, aunque parezca que no rinde frutos donde predicas?
EL TRASLADO A CESAREA “Venido el día, algunos de los judíos tramaron un complot y se juramentaron bajo maldición, diciendo que no comerían ni beberían hasta que hubiesen dado muerte a Pablo” (Hechos 23:12) ¿Qué incidentes tienen lugar antes y después del traslado de Pablo a Cesarea? Un grupo de más de cuarenta judíos tomaron juramento, bajo pena de anatema, de ayunar hasta que Pablo fuera muerto. Sin embargo, un sobrino de Pablo oyó la conspiración y le avisó del peligro y él orientó al sobrino a que fuese a contar el hecho directamente al comandante. Claudio Lisias sabiendo de esa conspiración, proporcionó una fuerte escolta y una carta de encaminamiento, remitiendo a Pablo a Cesarea para el Gobernador Félix. Félix oyó a Pablo y determinó que se mantuviera bajo cuidado de la guardia palaciana hasta que sus acusadores se presentaran para que hubiera un juicio justo y adecuado y respetase la ciudadanía romana del apóstol. La dirección de Dios en la vida de Pablo es flagrante e irrefutable. Cambió su existencia y su plan de carrera en la iglesia que frecuentaba, la judía. Lo convocó para ser el enviado del evangelio a los gentiles. Cambió sus planes de viajes varias veces. Lo mantuvo preso, porque esa sería una forma adecuada y correcta de llevarlo a testificar del evangelio a los cristianos y no cristianos de Roma. PIENSA: ¿Cuán a menudo has reconocido humildemente la providencia de Dios en tu vida a pesar de las pruebas y el sufrimiento que quizá hayas experimentado?
Dios conduce la historia humana a través de las naciones, pero también y principalmente, a través de la vida de cada uno de nosotros. Fue así con Cristo como miembro de la humanidad y con sus discípulos y apóstoles, como en la vida de Juan, de Pedro, de Santiago y, para nuestra ilustración en estos días, de Pablo. Aunque la situación no sea la más cómoda y deseable en la vida de sus hijos, aunque los disgustos y los trastornos parezcan lo único que está sucediendo en la vida de cada discípulo, Dios está en el control y dirección, y Su voluntad será atendida y cumplida, con los resultados que Él ha planeado y que favorecerán la concreción de su Plan mayor, la vida eterna con sus hijos de la Tierra. Dios puede transformar los hechos desagradables y de aparente fracaso de nuestras vidas para el cumplimiento de su voluntad, como la detención de Pablo para que él llegase y testificara en Roma.