Derecho a la Vida Jorge del Val
Erase una vez, un niño nacido no hace mucho en el remoto pais de china. Un niño normal, sus padres le querían mucho, jugaba con sus amigos y era feliz. Sus padres le vieron crecer, le ayudaron a ello, y se hizo un hombre adulto.
Un día fue a casa de sus padres, donde se encontró con toda su familia. Pasaron una apacible tarde cuando la policía entró en la casa y se lo llevaron. Días después, tuvo un juicio y le condenaron a muerte.
La madre, llorando, se despidió por última vez de su hijo cuando le dejaron hacer la última visita antes de morir. Después, él fue ejecutado a pesar de las plegarias de su madre. Su madre nunca lo superará.
¿QUÉ MÁS DAN LAS CAUSAS? SI ÉL FUE UN ASESINO, VOSOTROS TAMBIÉN ÉL NO TENÍA PORQUE MORIR.
La pena de muerte es la forma más extrema, cruel y degradante de castigo. Es una violación del derecho a la vida, es irreversible y entraña el riesgo de ejecutar a inocentes.
Entre 19.000 y 25.000 siguen experimentando casos como este en todo el mundo. China es el país donde se llevan a cabo casi el 65 por ciento de todas las ejecuciones: en 2006 fueron ejecutadas al menos 1.010. Irán ejecutó en 2006 a 177 personas. Es el principal ejecutor de MENORES. Pakistán ejecutó en 2006 al menos a un menor y a 82 personas
Irak ejecutó 65 personas en 2006. También Sudán ejecutó el año pasado a 65 personas. El Código Penal sudanés, basado en parte en una interpretación de la ley islámica, prevé penas como la flagelación, la amputación de miembros y la muerte por lapidación o ahorcamiento. En Estados Unidos murieron ejecutadas en 2006 53 personas. Este país sigue condenando y ejecutando a personas con graves enfermedades mentales.
Por un momento, poneros en el lugar del chico asesinado, o de alguno de sus seres más cercanos.
NO A LA PENA DE MUERTE