Manos limpias, manos sucias. Ana Luis Don José
Un día, al regresar de la , y fueron a visitar al viejo , quien siempre les contaba historias fantásticas. Sin embargo, en esa ocasión, no pudo contarles ninguna porque estaba enfermo y cansado.
Al salir de la del viejo, los niños se llevaron una sorpresa desagradable. Un callejero había entrado y regado por todo el patio la basura que estaba en un contenedor.
–¡Qué mal huele! ¿Verdad, ? –Sí, , es toda esa basura que el tiró. Pobre , tendrá que salir a limpiar. ¡Y con lo enfermo que está! –Nosotros podríamos ayudarle. –¡Buena idea! Así le daremos una gran sorpresa. ¡A limpiar!
el ruido, salió al patio y encontró a sus amigos Mientras juntaba los , y , trajo una b en la que echaron la basura. Al oir el ruido, salió al patio y encontró a sus amigos limpiando. Se acercó a ellos y les dijo con mucho cariño:
Mañana los espero y les contaré un cuento de hadas. –Gracias por su ayuda. Ya es tarde, será mejor que se vayan a . Mañana los espero y les contaré un cuento de hadas. Al otro día, sufría las consecuencias de su buena obra. –¡Qué dolor! Mamá, me duele la panza. Creo que me enfermé. –Es verdad, estás pálido. ¿Comiste algo después de salir de la ?
–No, mamá. Fui con a visitar a nuestro amigo . En su no comimos, sólo le ayudamos a levantar la basura que un regó en su patio. –Y cuando llegaste, ¿te antes de comer? –¡Ay, no! Lo olvidé. –Por eso estás enfermo, ahora tendremos que ir al