Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo- Ciclo A “Este es el pan que ha bajado del cielo; no como el de vuestros padres que lo comieron y murieron. El que come de este pan vivirá para siempre”. (Jn 6, 51-58)
“Él te afligió haciéndote pasar hambre y después Moisés recuerda al pueblo la presencia de Dios en el desierto. “Él te afligió haciéndote pasar hambre y después te alimentó con el maná –que tú no conocías ni conocieron tus padres- para enseñarte que no solo de pan vive el hombre, sino de todo cuanto sale de la boca de Dios” . (Dt 8,3)
Recordar el maná que Dios les había dado era para los hebreos recordar al Dios que les había dado el maná. Ese recuerdo exigía de ellos una sincera gratitud.
Jesús explica el sentido del pan que él ofrece a las gentes. La multiplicación de los panes revela lo que el Maestro es y la misión que le ha sido confiada.
Vivir y vivir con dignidad es una aspiración universal Vivir y vivir con dignidad es una aspiración universal. Jesús anuncia que el pan de su vida y de su palabra anuncian y realizan ese milagro de la vida sin término.
que anunciar y realizar son las dos notas de todo sacramento. La fe cristiana sabe que anunciar y realizar son las dos notas de todo sacramento. Así que el pan de Cristo es en verdad el sacramento de la vida.
“Yo soy el pan vivo bajado del cielo” para nuestra salvación. Jesús se identifica con el pan. Él no sólo es necesario para nuestra salvación. Él viene de Dios.
Alimentarse de Jesucristo, “ El que coma de este pan vivirá para siempre” Alimentarse de Jesucristo, de su palabra y de su vida, es el camino para poder vivir una vida sin término.
la vida de la fe, de la esperanza y del amor. “El pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo” El pan de la palabra y el pan de la eucaristía constituyen el sustento necesario para conservar la vida de la fe, de la esperanza y del amor.
de tu palabra y de tu vida nos libras del hambre, Señor Jesús, en el don de tu pan, de tu palabra y de tu vida nos libras del hambre, del cansancio y de la muerte. Que tu cuerpo y tu sangre sean siempre viático para nuestro camino. Amén. Custodia-Catedral de Toledo
José Román Flecha Andrés Texto: EL CÁNTARO, Ciclo A –Editorial Monte Carmelo 2016 Presentación: Antonia Castro Panero