Navidad a cuerpo entero. Para vivirla con todos los sentidos.
Abre bien tus oídos; un mensaje resuena con fuerza en la noche de los tiempos: ¡Dios nos visita!
Dibuja en tu rostro una gran sonrisa: “Dios con nosotros” es la mejor noticia.
Pon tu corazón a punto: sólo allí habla Dios.
Acuna en tus brazos al niño que nace: lleva impreso en su frente el sello de la solidaridad.
Mira bien a tu alrededor: muchos cruzarán su mirada con la tuya reclamando una mano amiga.
Abre tus manos: atrévete a compartir cuanto eres y cuanto tienes.
Ponte de pie y empieza a caminar; serás mensajero del futuro de Dios.
Que tu boca anuncie a todos la entrañable misericordia de nuestro Dios.
Dale un giro a tu vida: eres el único signo del amor de Dios que muchos podrán captar.
Entona con todos los hombres de buena voluntad: ¡Gloria a Dios!
¡¡Feliz Navidad encarnada!!