Biblia y realidad Amor a Dios Diseño: J. L. Caravias sj Todo el que ama ha nacido de Dios 1Jn 4,7
Mi alma tiene sed de ti. Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco. En pos de ti mi carne desfallece, cual tierra reseca, sedienta, sin agua... Sal 63,2
Mi corazón me habla de ti diciendo: Procura ver mi rostro. Es tu rostro, Señor, lo que yo busco; no me escondas tu cara. Sal 27,8
¿Qué puedo apetecer yo del cielo, ni qué puedo desear sobre la tierra, fuera de ti? Sal 73,25
Como anhela la cierva estar junto al arroyo, así mi alma, Señor, desea estar contigo. Sediento estoy de Dios, del Dios vivo. Sal 42,2-3
Roca en la que me refugio, mi escudo, mi fuerza y mi salvación. ¡Yo te amo, Señor, Fuerza mía, mi Roca, mi Fortaleza, mi Libertador! Dios mío, Roca en la que me refugio, mi escudo, mi fuerza y mi salvación. Sal 18,2-3
Yo te amo, Señor, Dios mío, con todo mi corazón, con toda mi alma y con todas mis fuerzas Deut 6,3
Yo soy para mi Amado y él es para mí. Cant 6,3 Mi alma se estrecha a ti con fuerte abrazo, encontrando mi apoyo en tu derecha. Sal 62,2.9
Señor, ¿a dónde iríamos lejos de ti? Tú tienes palabras de vida eterna. Nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios. Jn 6,68-69
¡Tú me has seducido, Señor! Jer 20,7 ¡Me has robado el corazón! Cant 4,9 Te seguiré adondequiera que vayas. Mt 8,19