LOS PRIMEROS DIRIGENTES DE LA IGLESIA Lección 4 para el 28 de julio de 2018
El crecimiento de la iglesia fue extraordinario El crecimiento de la iglesia fue extraordinario. Los conversos se contaban por miles, incluso entre los sacerdotes. Pero no todo eran bendiciones. Surgieron problemas de relaciones entre los hermanos. Antes de que llegaran a ser causa de división, fueron abordados y resueltos. La elección de dirigentes capaces no solo resolvió un problema puntual, sino que contribuyó grandemente a que la iglesia siguiese cumpliendo la misión para la que había sido fundada. Eligiendo dirigentes. Hechos 6:1-7. El ministerio de Esteban: Predicación y oposición. Hechos 6:8-15. Discurso y amonestación. Hechos 7:1-53. Visión y muerte. Hechos 7:54-8:2. El ministerio de Felipe: En Samaria. Hechos 8:3-25. “Hasta lo último de la tierra”. Hechos 8:26-40.
ELIGIENDO DIRIGENTES EL PROBLEMA Hechos 6:1-7 “Agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a Nicolás prosélito de Antioquía” (Hechos 6:5) EL PROBLEMA Aunque todos eran judíos, un buen número de conversos procedían de lugares de fuera de Judea. Estos “griegos” se quejaron de discriminación en el reparto de ayudas. LA SOLUCIÓN Los apóstoles propusieron que se nombrasen personas que se encargaran de “ministrar [diakineō] las mesas”, mientras ellos se encargaban del “ministerio [diakonia] de la Palabra”. Estos diáconos servirían o ministrarían las necesidades físicas y espirituales de la iglesia. LA IDONEIDAD Las características que debían tener estos primeros dirigentes eran: Tener buen testimonio, estar llenos del Espíritu Santo y poseer sabiduría.
PREDICACIÓN Y OPOSICIÓN Hechos 6:8-15 “Y Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo” (Hechos 6:8) Además de atender las necesidades de la iglesia, Esteban hizo un trabajo eficaz de evangelización entre los judíos de la diáspora (que no habían nacido en Judea). Su predicación levantó una fuerte oposición en la sinagoga (v. 9). Como no podían contradecir sus argumentos (v. 10), sobornaron testigos falsos para acusarlo ante el Sanedrín (v. 11). Básicamente, le acusaron de hablar contra Moisés y el templo (v. 14). Esto implicaba que, seguramente, Esteban hablaba con claridad de Jesús como el Cordero que quita el pecado (y hace innecesarios los sacrificios del templo).
DISCURSO Y AMONESTACIÓN (I) Hechos 7:1-53 “¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros” (Hechos 7:51) Esteban comenzó su defensa hablando de la intervención y cuidado de Dios en la vida de NUESTROS padres. Al percibir el rechazo del Sanedrín, Esteban interrumpió bruscamente su discurso. Entonces, pasó a hacer una dura amonestación (v. 51). Se separó completamente de la actitud de los dirigentes, hablándoles de VUESTROS padres. Como sus padres habían matado a los profetas, así hicieron ellos con el Mesías. En su amonestación, no había un llamado al arrepentimiento. Al rechazar la obra de Esteban, el Sanedrín selló el destino de Israel.
DISCURSO Y AMONESTACIÓN (II) Hechos 7:1-53 El discurso de Esteban sigue el patrón de los discursos de los antiguos profetas. Comparémoslo con Miqueas 6. Se presenta el pacto de Dios con su pueblo Miqueas 6:1-2 Hechos 7:2-8 Se recuerdan los poderosos actos de Dios Miqueas 6:3-5 Hechos 7:9-36 Se recuerdan las estipulaciones del pacto y sus violaciones Miqueas 6:6-12 Hechos 7:37-50 Se indican las maldiciones por violar el pacto Miqueas 6:13-16 Hechos 7:51-53
VISIÓN Y MUERTE Hechos 7:54-8:2 “Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios” (Hechos 7:55) Como vimos, Esteban cambió bruscamente su discurso. Esto fue debido a la actitud antagonista de los miembros del Sanedrín. En ese momento, Dios le dio a Esteban una visión de la exaltación de Jesús. Mientras él estaba siendo juzgado en la tierra, comprendió que sus mismos acusadores tendrían que responder, en su momento, ante el Juez celestial. Mientras era apedreado, elevó una última oración. Una oración de misericordia para con sus asesinos. Esa oración quedaría marcada a fuego en la mente de uno de los testigos: Saulo de Tarso.
EN SAMARIA “Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo” (Hechos 8:5) Hechos 8:3-25 Tras la muerte de Esteban, Saulo lideró un movimiento de ataque contra la iglesia. Tan dura fue la oposición, que muchos tuvieron que irse de Jerusalén para salvar sus vidas. Felipe descendió a Samaria. Cumplía así la orden dada por Jesús en su ascensión (Hechos 1:8). Aunque los samaritanos aceptaban el Pentateuco (los cinco primeros libros de Moisés) y esperaban al Mesías, su religión estaba mezclada con paganismo. Al escuchar a Felipe y ver los milagros que hacía, muchos abrazaron la fe. Pedro y Juan fueron enviados para ver qué estaba pasando. Por su medio, los samaritanos recibieron el Espíritu Santo. Pasaban a ser “miembros de plena comunión” de la iglesia cristiana.
“HASTA LO ÚLTIMO DE LA TIERRA” Hechos 8:26-40 “Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto” (Hechos 8:26) De predicar a las multitudes, Felipe pasó repentinamente a predicar a una sola persona. Un judaizante, tesorero de Etiopía, necesitaba comprender el Evangelio para poderlo predicar en África. La iglesia no podía detenerse en Judea ni en Samaria. El mensaje de la salvación debía abarcar toda la Tierra. Tras bautizar al etíope, Felipe fue llevado a Azoto, y predicó por toda la franja mediterránea hasta llegar a Cesárea. Al igual que el etíope, muchos otros llevaron rápidamente el mensaje a los lugares más lejanos.
E.G.W. (El discurso maestro de Jesucristo, pg. 31) “En todo tiempo los mensajeros elegidos de Dios fueron víctimas de insultos y persecución; no obstante, el conocimiento de Dios se difundió por medio de sus aflicciones. Cada discípulo de Cristo debe ocupar un lugar en las filas para adelantar la misma obra, sabiendo que todo cuanto hagan los enemigos redundará en favor de la verdad. El propósito de Dios es que la verdad se ponga al frente para que llegue a ser tema de examen y discusión, a pesar del desprecio que se le haga. Tiene que agitarse el espíritu del pueblo; todo conflicto, todo vituperio, todo esfuerzo por limitar la libertad de conciencia son instrumentos de Dios para despertar las mentes que de otra manera dormirían”