VELOCIDAD LECTORA 13.

LEER HORIZONTALMENTE LOS GRUPOS DE PALABRAS CON UNA SOLA FIJACIÓN, ES TRATA DE LEER HORIZONTALMENTE LOS GRUPOS DE PALABRAS CON UNA SOLA FIJACIÓN, ES DECIR, DE UN SÓLO GOLPE DE VISTA, LO MÁS RÁPIDAMENTE POSIBLE.

En todas las ciudades populosas y especialmente en culta, había muchas Cádiz, que era entonces la más personas que eran depositarias de las noticias de Madrid y París, y las llevaban y traían diligentes enorgulleciéndose con vehículos una misión que les daba gran importancia. Algunos de estos éstos, a modo de vivientes periódicos, concurrían a casa de aquella señora por las tardes, y esto, chocolate y mejores además del buen

bollos, atraía a otros, ansiosos de saber lo que pasaba. Doña Flora, ya que no podía inspirar una pasión formal ni quitarse de encima la gravosa pesadumbre de sus cincuenta papel por otro años, no hubiera trocado aquel alguno, pues el centro general de las noticias casi equivalía en aquel tiempo a la majestad de un trono.

Hace mucho tiempo en un lejano país vivía un brujo que sabio que había en tenia fama de ser el hombre más muchas millas a la redonda. Pasaba la mayor parte de su tiempo estudiando los viejos Libros; y luego, en el laboratorio, ensayaba nuevos conjuros y creaba nuevas pócimas. Tenia ese brujo un nuevo aprendiz, que le hacia las labores domesticas y le ayudaba en el laboratorio Era un muchacho despierto cuya mayor ilusión era llegar a ser el futuro gran brujo como su maestro.

Un día el brujo salió al bosque a recoger unas hierbas para sus pócimas. Pero antes de pidió a su aprendiz que trajera agua del pozo para llenar la bañera. Cuando el joven se vio solo, decidió entrar en el las redomas laboratorio del brujo. Allí estaban en las que el brujo hacia sus mezclas Allí estaban los libros llenos de fórmulas mágicas. Y allí estaban el gorro y la varita mágica del brujo.

Critón, después de cerrar la boca y los ojos discípulos en torno al maestro, dejó a los demás del cadáver, y salió de la cárcel, dispuesto a cumplir lo mas pronto posible el último encargo le había hecho, tal vez burla burlando, que Sócrates pero que él tomaba al pie de la letra en la duda de si era serio o no era serio. Sócrates, al espirar, descubriéndose, pues ya estaba cubierto para esconder a sus discípulos, el espectáculo vulgar y triste de la agonía.

Al parecer, el gallo no era del mismo modo de pensar; porque en cuanto notó que un hombre le perseguía comenzó a correr batiendo las alas y cacareando por lo bajo, sin duda muy incomodado perfectamente al que le perseguía Conocía al bípedo de haberle visto no pocas veces en el huerto de su amo discutiendo sin fin acerca del amor, la elocuencia, la belleza, etc.

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RAMÓN CUENDA LEAL rcuendaleal@gmail.com FIN RAMÓN CUENDA LEAL rcuendaleal@gmail.com