MENSAJE PARA LOS EXCLUIDOS Mc 1,40-45
El relato de Marcos es dramático.
Un leproso se atreve, a acercarse a Jesús que se encuentra solo (los discípulos, al parecer, se han alejado rápidamente). «Si quieres, puedes limpiarme». El hombre, arrodillado en tierra, le invoca con fe:
Aquel hombre representa la soledad y la desesperación de tantos estigmatizados.
Aquel hombre representa la soledad y la desesperación de tantos estigmatizados.
Jesús «extiende su mano» buscando el contacto con su piel, «lo toca» y le dice: «Quiero. Queda limpio».
… sabed que lo tenéis en el corazón de Dios. Cuando no encontréis un lugar digno entre los hombres… … sabed que lo tenéis en el corazón de Dios.
Cuando nadie os entiende, el os comprende
Cuando nadie os respeta, Él os acoge
Cuando la gente os excluye…
Él extiende su mano y os envuelve con su bendición.
Jesús toca al leproso para liberarlo de miedos, prejuicios y tabúes.
Lo limpia para decir a todos que Dios no excluye ni castiga a nadie con la marginación.
Una oración de este estilo es reconocimiento de la culpa, « Quiero...» «Si quieres… » Una oración de este estilo es reconocimiento de la culpa, pero es también confianza en la misericordia de Dios y deseo de transformar la vida.
Los creyentes deberíamos sentimos llamados a aportar amistad abierta a los rincones marginados de nuestra sociedad. Son muchos los que necesitan una mano extendida que llegue a tocarlos.
Texto: J. Antonio Pagola Música: Air from Suite http://www.granosdemaiz.com