Moi s é Éxodo de los Israelitas desde Egipto = salvado de las aguas Éxodo de los Israelitas desde Egipto Año 1300 – 1250 antes de Jesucristo Hacer clic

Después de muchos años, creció el número de israelitas en Egipto,

Y el Faraón, molesto, dió la orden de tratarlos como esclavos..

Y mandó matar a todos los niños varones pequeños…

Lo colocó en una pequeña cesta, y lo dejó en las aguas del rio Nilo… Una madre hebrea después de ocultar durante meses a su pequeño, … Lo colocó en una pequeña cesta, y lo dejó en las aguas del rio Nilo…

la hija del Faraónque estaba bañán-dose para que la hija del Faraónque estaba bañán-dose lo viera… Prendada de la hermosura del niño lo acogió y le puso por nombre Moisés, que significa: “salvado de las aguas” Despues lo entregó a una mujer hebrea, para que lo alimentara.

Así Moisés fue alimentado por su propia madre hebrea, que lo enseñó a amar a su pueblo.

Moisés, aunque vivía en el palacio del Faraón, sufría al ver maltratar a su pueblo.

Un día por defender a un esclavo hebreo, que era azotado, llegó a matar al capataz. Los egipcios, al verlo se pusieron en contra de él.

Y entonces Moisés tuvo que huir para salvar su vida, buscando refugio en la montaña

Pasados algunos años, un día, cuando estaba cuidando su rebaño, observó algo extraño: una zarza ardía sin consumirse Y en el silencio…. oyó la voz de Dios.

Moisés, quedó desconcertado Dios le dijo a Moisés: ”He oído, los gritos de mi pueblo, y he bajado para salvarle. Ve tú, en mi nombre y sácalo de la esclavitud”. Moisés, quedó desconcertado ante el mandato de Dios, pero obedeció.

Acompañado de su hermano Aarón, se presentó al Faraón, para exigirle, en nombre de Dios la liberación de los israelitas. Pero el Faraón se negó y no se lo concedió.

A partir de ese momento Moisés culpaba al Faraón de todas las desgracias que venían sobre el pueblo de Egipto; inundaciones, ranas, saltamontes.

De nuevo Moisés pidió al Faraón, que dejara salir a los israelitas. Pero una vez más el Faraón se negó.

Entonces Moisés mandó a los israelitas celebrar, como todos los años, la Cena de la Pascua.

Pero este año, con la sangre del cordero deberían hacer una señal en las puertas de sus casas, porque iba a pasar el Ángel Exterminador.

del Faraón también murió. En medio de la noche, la muerte se extendió por todos los hogares, que no tenían, en sus puertas, la señal, de haber celebrado la Pascua. El hijo mayor del Faraón también murió.

“Sal cuanto antes de esta tierra. El Faraón tuvo miedo de que todos murieran en Egipto, como castigo. Y le dijo a Moisés: “Sal cuanto antes de esta tierra. Tenéis la libertad”.

El pueblo de Israel, lleno de alegría, guiado por Moisés, inició el camino de su libertad

El Faraón al ver que se quedaban sin esclavos para seguir con las grandes construc-ciones cambió de idea, y mandó al ejército para impedir su huida.

Cuando estaban ante al Mar Rojo, los israelitas vieron acercarse al ejército con sus carros y guerreros y temieron por sus vidas.

Moisés pidió confianza al Pueblo. Dios Nos salvará. Y extendió su brazo, con el cayado, sobre las aguas del mar.

Y el Pueblo de Dios pudo pasar entre las aguas, no así el ejercito del Faraón, que pereció.

Los israelitas al verse libres de sus opresores, entonaron canticos de acción de gracias y de alabanza al Señor.

Cantaron: “Este es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo, Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia Aleluya, Aleluya”.

Le decían: ”¿para esto nos habéis sacado de Egipto, Pero el camino hacia la libertad no fue fácil. Las dificultades eran continuas: El cansancio del camino. la falta de agua, el hambre….. El pueblo lleno de rabia comenzó a criticar a Moisés. Le decían: ”¿para esto nos habéis sacado de Egipto, para matarnos de hambre y de sed en el desierto”?

Moisés reunió al pueblo ante la roca, en Horeb. Les echó en cara sus críticas y la falta de confianza en Dios. Invocó al Señor, delante del pueblo, y les dió agua en abundancia.

Poco a poco a los israelitas, al internarse en el desierto, les iban faltando los alimentos, y tenían hambre. Dios se compadeció de ellos y de una forma milagrosa, los alimentó con el maná, que tenía sabor a miel.

Pero sin duda el mayor problema era la convivencia. No estaban acostumbrados a vivir en libertad. Después de dos meses vagando por el desierto llegaron al pié del monte Sinaí.

Moisés subió a la montaña para hablar con Dios y pedirle su ayuda. Dios le dijo: “Si queréis que os siga protegiendo, vosotros tenéis que cumplir los Mandamientos”. Moisés le preguntó a Dios: ¿qué mandamientos?

Dios le dijo: 1º No tendrás otro dios, fuera de mí. 2º Respetarás mi Nombre. 3º Santificarás las fiestas. 4º Honrarás a tu padre y a tu madre. 5º No mataras. 6º Respetarás tu cuerpo y el de los demás. 7º No robarás 8º No hablarás mal de los demás ni mentirás. 9º Rechazarás los malos pensamientos. 10º No aceptarás los malos sentimientos.

Ellos los aceptaron libremente, Cuando Moisés bajó de la montaña, les presentó a los israelitas los Mandamientos de Dios. Y les preguntó Si estaban dispuestos a cumplirlos. Ellos los aceptaron libremente, y se comprometieron a guardarlos con toda fidelidad

Dejando de cumplir lo pactado con Dios. Pero apenas habían pasado unos meses, se desviaron del buen camino. Se fabricaron con oro, un nuevo dios, al que adoraron y le entregaron sus ofrendas. Dejando de cumplir lo pactado con Dios.

Moisés, al ver como muchos israelitas, adoraban el becerro de oro, se indignó y en nombre de Dios anunció que ninguno que hubiera adorado al falso dios, llegaría a la Tierra Prometida.

Así fue como, muchos israelitas, que habían hecho la travesía del desierto, por adorar a los ídolos, dioses falsos, tuvieron que contentarse con ver la tierra prometida, pero no la disfrutaron.

Tan sólo un número reducido de israelitas y a las órdenes de Josué, después de 40 años de desierto y de duras batallas, consiguieron entrar, con el Arca de la Alianza, en la Tierra Prometida.

se sentiría satisfecho fin Moisés, desde el cielo se sentiría satisfecho efm parroquiasanjuanbautistaubeda.es CATEQUESIS