Hechos 20:36 Cuando hubo dicho estas cosas, se puso de rodillas, y oró con todos ellos. 37 Entonces hubo gran llanto de todos; y echándose al cuello de Pablo, le besaban, 38 doliéndose en gran manera por la palabra que dijo, de que no verían más su rostro. Y le acompañaron al barco.
¿De dónde viene el amor? ¿A quién manda Dios que amemos? ¿Por qué manda Dios que amemos a nuestros hermanos cristianos?
I.- El amor viene de Dios
1 Juan 4:7 Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios 1 Juan 4:7 Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. 8 El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.
Hechos 9:1 Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al sumo sacerdote,
II.- El amor crece con las tribulaciones
Proverbios 17:17 En todo tiempo ama el amigo, Y es como un hermano en tiempo de angustia.
III.- El amor no tiene fronteras
Gálatas 3:28 Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.
Romanos 12:10 Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.
Colosenses 4:9 con Onésimo, amado y fiel hermano, que es uno de vosotros…
Santiago 2:1 Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas.
IV.- El amor es un mandato de Dios
Juan 13:34 Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.
1 Juan 4:21 Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano.
V.- El amor es una muestra de que somos Discípulos del Señor
Juan 13:35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
Para finalizar
Hechos 20:36 Cuando hubo dicho estas cosas, se puso de rodillas, y oró con todos ellos. 37 Entonces hubo gran llanto de todos; y echándose al cuello de Pablo, le besaban, 38 doliéndose en gran manera por la palabra que dijo, de que no verían más su rostro. Y le acompañaron al barco.