Dr. Moisés Selfa Sastre Universitat de Lleida El valor del agua (2011), de Julio Llamazares: cuando el agua sepulta los pueblos Dr. Moisés Selfa Sastre Universitat de Lleida
El valor del agua (2011), de Julio Llamazares: cuando el agua sepulta los pueblos El valor del agua (2011) es un texto de Literatura Infantil y Juvenil publicado por la Editorial Los Cuatro Azules. En este texto literario, Llamazares narra la relación entre dos personajes de una misma familia: Julio y su abuelo, de quien no sabemos su nombre. La relación entre ambos personajes se va fraguando en torno a un elemento narrativo: el agua.
El valor del agua (2011), de Julio Llamazares: cuando el agua sepulta los pueblos Cada vez que Julio se deja el grifo abierto, el abuelo le reprocha esta actitud con una misma retahíla: “Cierra el grifo, que se gasta el agua.” (Llamazares, 2011: 6). Con el paso de los años, el abuelo pasa a vivir en una residencia de ancianos. Poco antes de morir, el abuelo le enseña a Julio su tesoro más preciado: una cajita con tierra de su pueblo natal, que fue anegado por las aguas de un pantano. Es entonces cuando Julio descubre el verdadero valor del agua para su abuelo y para él mismo.
El valor del agua (2011), de Julio Llamazares: cuando el agua sepulta los pueblos Uno de los ejes temáticos de la obra novelística de Julio Llamazares está relacionado con la memoria histórica de pueblos que fueron forzosamente abandonados por sus habitantes. Es el caso de La lluvia amarilla (1988) y Distintas formas de mirar el agua (2015). En la primera novela, Llamazares cede la palabra al último campesino que ha vivido en el pueblo de Ainelle (Huesca). En la segunda novela, el protagonista es colectivo: una familia regresa a sus orígenes, anegados por las aguas de un embalse, para arrojar allí las cenizas de quien fue su padre, suegro o abuelo.
El valor del agua (2011), de Julio Llamazares: cuando el agua sepulta los pueblos El valor del agua (2011) es un relato en el que Llazamares da voz al niño Julio, que a lo largo del texto va percibiendo cómo es su abuelo y cuál es el origen vital de este: un lugar que está anegado por el agua de un pantano. Estos dos protagonistas tienen una relación muy estrecha y especial. Julio percibe a su abuelo como un hombre pensativo y muy solitario: “Aunque, a decir verdad, el abuelo debía de pensar mucho. Se pasaba las horas sentado en su butaca del salón o en cualquier banco del parque absorto en sus pensamientos. Rara vez hablaba con otras personas y menos en la casa, donde nadie parecía tener interés en lo que dijera.” (Llamazares, 2011: 8).
El valor del agua (2011), de Julio Llamazares: cuando el agua sepulta los pueblos En este texto, Llamazares tiene interés en presentarnos, a través de Julio, su alter ego, quién era el abuelo y a qué se dedicaba en sus tiempos mozos: pastor, agricultor y barrendero, su último oficio antes de pasar a la jubilación. El abuelo vive ahora con la familia de Julio, en la que nadie, excepto Julio, le hacía caso: “Pero lo peor de todo es que nadie le hacía caso. Ni sus padres, que estaban siempre ocupados, ni sus hermanos, que se pasaban las horas, cuando volvían del instituto, mirando la televisión o jugando en el ordenador sin hablar squiera entre ellos ” (Llamazares, 2011: 18).
El valor del agua (2011), de Julio Llamazares: cuando el agua sepulta los pueblos Solo Julio escucha a su abuelo, cuando juntos regresan del colegio y el abuelo le explica historias de su pueblo. Entre las historias que más contaba el abuelo, está aquella relacionada con el abandono obligado del pueblo por parte del anciano: “La historia que más contaba era la de cuando se marchó de aquél. La contaba con tristeza, como si lo volviera a vivir al rememorarla. El pueblo del abuelo era un pueblo de montaña, pequeño, pero bonito, que desaparició del mapa tragado por un embalse que sepultó otros tres como él ” (Llamazares, 2011: 18).
El valor del agua (2011), de Julio Llamazares: cuando el agua sepulta los pueblos Es entonces cuando Julio descubre el origen de su abuelo, un hombre forzado a abandonar sus tierras y sus pertenecias. En el texto se relata incluso cómo fue el último día de los habitantes del pueblo: se despidieron con una cena “como si estuvieran en un velatorio...” (Llamazares, 2011: 30). El abuelo fue a vivir a la ciudad con la abuela, que al poco murió de melancolía y pena. Julio percibe estos relatos de su abuelo con la mirada de un niño: todavía no distingue entre la realidad y la fantasía.
El valor del agua (2011), de Julio Llamazares: cuando el agua sepulta los pueblos El abuelo, ya muy viejo, pasa a vivir a una residencia de ancianos: su familia no puede hacerse cargo de él. Julio va a visitarlo, aunque con el paso del tiempo, el abuelo va perdiendo memoria y conocimiento. En una de esas visitas, el abuelo sienta a Julio en sus rodillas y, como si recuperase la memoria, le enseña su tesoro más preciado que guardaba en su armario: una caja con tierra de su pueblo natal.
El valor del agua (2011), de Julio Llamazares: cuando el agua sepulta los pueblos Al poco tiempo, el abuelo muere y Julio arroja sobre su féretro el tesoro de la tierra, “...la tierra que había en aquella caja que el abuelo había guardado tantos años para que la arrojaran sobre su tumba cuando muriera, era tierra del pueblo en el que nació y en el que fue feliz con la abuela hasta que el pantano los expulsó de él.” (Llamazares, 2011: 50). Es entonces cuando Julio comprende por qué su abuelo le repetía “Cierra el grifo, que se gasta el agua”. Julio descubre, pues, el verdadero valor del agua.