BUSCANDO A ALASKA JOHN GREEN
CIENTO VEINTISIETE DÍAS ANTES Faltaba tan solo un día para iniciar el periodo de clases y Miles estaba colocando detrás de la puerta de su dormitorio un poster de Van Gogh, en eso, el Águila (una maestra de Culver) entró al dormitorio y le entregó un volante sobre el reglamento de la escuela, en eso el Coronel le dijo que lo acompañara por unos bufritos (burritos refritos) a la cafetería, donde acompañado de otros cinco chicos más, platicaban de la historia de la ex compañera de dormitorio de Alaska, Marye, y sobre que había hecho, en eso comentaron que los Guerreros Semanales (los que estaban en contra de ellos) la habían delatado con el Águila, ya que la encontró teniendo sexo con su novio Paul, después todos volvieron a sus habitaciones para acomodarse para el día siguiente, (…)
pero no fue el caso del Coronel, pero Miles decidió seguir los consejos de su madre e irse temprano a la cama, ya dormido, después de unas horas, empezaron a sacudirlo entre tres chicos, para que se levantara, Chip le dijo que se divirtiera, lo llevaron a rastras hasta el lago por un camino lodoso y lleno de piedras, entre los tres lo ataron y lo aventaron al lago, Miles se sintió confuso, por qué diablos habrían de hacer eso, como pudo llegó a la orilla y se secó con una toalla que le habían dejado, en eso fue al dormitorio de Alaska para ver si ella le podía explicar todo lo que estaba pasando, ella molesta lo corrió y luego se fue a su habitación y medio molesto con Chip le dijo todo lo que había ocurrido y dijo que atarlo no era parte del plan, y que los tres iban a ver, ya que también se hicieron pipi arriba de sus zapatos.
CIENTO VEINTISÉIS DÍAS ANTES Miles y el Coronel se levantaron tan temprano como pudieron y se dirigieron a sus salones donde les tocaba la primera clase a la 8:10 con la señorita O´Malley, su maestra de francés, a la cual casi no le entendía. La clase antes de salir al almuerzo, Religiones del mundo la daba un viejecito llamado Hyde, que con mucho esfuerzo conseguía respirar ya que solo tenía un pulmón, clase que se le hizo muy interesante y en donde Chip le dijo a Miles que si los responsables de lo ocurrido la noche anterior estaban ahí le dijera. Miles como de costumbre estaba leyendo en su dormitorio y se quedó dormido, en eso le susurró una voz para que despertará, era Alaska pidiendo disculpas por no saber qué tan mal le había ido la otra noche y tratarlo así.
CIENTO VEINTIDÓS DÍAS ANTES La semana terminó y las clases junto con ella. Miles llegó a su habitación donde se sorprendió al ver al coronel tratando de hacer algo útil, estaba tratando de planchar una camisa rosada, para salir con Sara, su novia, y sus suegros al teatro, pero se hartó porque no daba una con eso, y su novia había llegado y le empezó a reclamar sobre todo eso y le dijo que si no quería ir no fuera, y Chip le tomó la palabra, y ella cerró la puerta de un golpetazo, él sacó de su mini refri a ambrosia, una bebida que constaba de leche y vodka, y que no se daban cuenta de que estaba rompiendo las reglas porque parecía leche agría, le ofreció a Miles, pero él no quiso, así pasaron ese fin de semana.
CIENTO DIEZ DÍAS ANTES Era ya la tercera semana en el Culver y todo parecía ir bien con las clases de Miles, iba al corriente como le gustaba hacerlo, y lo que le ayudaba era que leía y le dio una ventaja sobre el estudiante promedio, pero en la clase de las Religiones, Miles se distrajo un poco, al mirar fuera de la ventana y percatarse del hermoso bosque, para lo que el señor Hyde se dio cuenta y lo corrió de su clase, Alaska pensó que era ridículo y también decidió irse de la clase detrás de Miles, se fueron al campo a cortar tréboles y en cuanto pudieron Chip y Takumi (Otro amigo de la manada) los alcanzaron, Alaska se enojó con ellos por no seguirlos y después cruzaron el bosque y cerca de un arroyo, donde había una mesa y bancos alrededor se pusieron a fumar un rato.