automático Moisés

“Lo he sacado del agua” Éxodo 2,10.

Desde entonces le llamó Moisés, “salvado de las aguas”. Cuando Moisés nació, el faraón ordenó que todo niño judío fuera arrojado al río Nilo. Por entonces una hija de la tribu de Levi, concibió y dio a luz un varón, que escondió durante tres meses. Cuando no pudo ocultarlo durante más tiempo lo colocó en una canasta, calafateada con asfalto y brea, y lo arrojó a la deriva en el Nilo. La hija del faraón lo encontró y admirada por su belleza y compadecida por su desamparo lo recogió. Desde entonces le llamó Moisés, “salvado de las aguas”. Wikipedia.

Aquel día, la hija del faraón era como una copa rebosante de vida, especiada en lo dulce y lo amargo de la corte.

Por la mañana fue a bañarse en la ribera del río y entre juncos encontró una cestita de papiro.

En su interior, balbucientes, resonaban los sollozos de un niño.

-Esperaba, hijo mío, tu venida sin rejas en las ventanas y con las puertas abiertas, cuando llegaste tu.

Cuando lo hiciste, vinieron la luz tímida y el suave viento tremolando sus banderas.

Vino el susurro de la brisa y el sosiego de la niebla en las mañanas de otoño.

Vinieron amaneceres de plata y velos de oro al ocaso.

Vinieron el guiño de los luceros y las sonrisas de Abril.

Vinieron contigo y, cuando tu viniste, los guardé en mi corazón.

Y ahora, hijo mío, cautiva queda mi libertad en la rosa prisión de tu dulce presencia.

Moisés. “Lo he sacado del agua” Aquel día la hija del faraón era como una copa rebosante de vida, especiada en lo dulce y lo amargo de la corte. Por la mañana fue a bañarse en la ribera del río y entre juncos encontró una cestita de papiro. En su interior, balbucientes, resonaban los sollozos de un niño. ****** -Esperaba, hijo mío, tu venida sin rejas en las ventanas y con las puertas abiertas, cuando llegaste tú. Cuando lo hiciste, vinieron la luz tímida y el suave viento tremolando sus banderas. Vino el susurro de la brisa y el sosiego de la niebla en las mañanas de otoño.

Vinieron amaneceres de plata y velos de oro al ocaso Vinieron amaneceres de plata y velos de oro al ocaso. Vinieron el guiño de los luceros y las sonrisas de Abril. Vinieron contigo y, cuando tu viniste, los guardé en mi corazón. Y ahora, hijo mío, cautiva queda mi libertad en la rosa prisión de tu dulce presencia.

Moisés. Texto: Pedro Martínez Borrego. Imágenes: Internet. Tema musical: Yesterday - Richard Clayderman.

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