Mantendré mi regla, incluso la más pequeña cosa. No voy a descuidar ninguno de mis ejercicios espirituales. Rechazaré la ociosidad.

Obedeceré el sonido de la campana como si fuera la voz de Dios. Seré puntual. Obedeceré el sonido de la campana como si fuera la voz de Dios. Voy a cumplir exactamente mi deberes ordinarios, de la mejor manera posible.

Voy a recibir todas las cosas de la mano de Dios, como enviados por él para mi beneficio personal.

No voy a preguntar nada por curiosidad. Hablaré lo necesario. Comeré lo necesario y solo dentro de los horarios.

Yo soy pobre y debería actuar en consecuencia. Soportaré las molestias con mucho gusto.

No voy a decir una palabra que, en lo más mínimo, sea para alabarme. No voy a tomar placer en cualquier elogio depositado en mí. No echaré la culpa a los demás. No voy a juzgar mal de nadie.

ni voy a mostrar falta de estima por los demás, ya sea en su presencia Nunca hablaré de las faltas de los demás, aunque sean de público conocimiento, ni voy a mostrar falta de estima por los demás, ya sea en su presencia o en su ausencia. Voy a mostrar la buena opinión que tengo de cada uno de ellos por encubrir sus faltas.

No voy me interesaré en cosas vanas e inútiles. No voy a emplear tiempo en conversar sobre asuntos puramente mundanos.

Me alegraré por el éxito de los demás. Voy a practicar la caridad y bondad, ayudar, servir y agradar a todos.

Cada mañana y por la noche voy a practicar un acto de humildad y aumentar gradualmente el número. Voy a tratar de reproducir en mí lo que veo edificante y virtuoso en la conducta de los demás.

Voy a cerrar mi corazón contra cualquier inquietud. Voy a suprimir inmediatamente todas las emociones de la impetuosidad.

"La fidelidad en las pequeñas cosas” es el lema que siempre seguirá en mis esfuerzos para llegar a la santidad para demostrar a Dios todo el afecto de mi corazón.

Gabriel nació en 1838 y provenía de una familia acaudalada. Su infancia fue como la de cualquier niño. La muerte de su hermana predilecta, le hace pensar sobre lo efímero de la vida y decide darle un valor trascendental. A la edad de 17 años, ingresa la Congregación de los Pasionistas. La vida de Gabriel se orienta para alcanzar la perfección en las cosas pequeñas. Poseía un extraordinario espíritu de oración, de amor a la pasión de Jesús y María que se manifestaba en la caridad hacia el prójimo. 1838 †1862 Era admirable ver la alegría que tenía aún frente a los malos momentos, como cuando se enferma de tuberculosis a los 24 años, enfermedad que lo lleva a la casa del Padre y a gozar de la bienaventuranzas del Cielo. Festividad 27 de Febrero.

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