La alegría de ser feliz Anselm Grün Realizado por Enrique Montalt Alcayde La alegría de ser feliz

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El agradecimiento es la memoria del corazón El agradecimiento es la memoria del corazón. La persona agradecida piensa con el corazón Percibe lo que se le regala cada día. La persona desagradecida no es un verdadero ser humano. No se para a pensar, sino que olvida lo que recibe cada día como un regalo. La gratitud forma parte de la persona. El ingrato no ha llegado a ser todavía un verdadero ser humano

La falta de gratitud amenaza la condición humana Los desagradecidos son desagradables. Preferiríamos no tener nada que ver con ellos. Nos sentimos incómodos cerca de las personas ingratas La gratitud es una mirada dirigida a lo que tiene valor en mi vida. Ella vigila para que nada precioso se pierda. El ingrato destruye la armonía de los corazones. No es capaz de celebrar con los demás y, en definitiva, es totalmente incapaz de alegrarse

A menudo, detrás de la actitud de desagradecimiento se oculta una avidez insaciable. En vez de aceptar algo con gratitud, el ingrato desearía tenerlo todo. Pero nunca podrá recibir lo suficiente. Cualquier regalo será demasiado poco. En nuestros días está cada vez más generalizada la mentalidad de la exigencia, que expulsa la memoria agradecida, Pero la mentalidad pretenciosa no hace feliz a nadie. Sólo son felices los agradecidos. Una actitud consumista y reivindicativa destruye la gratitud. .

La persona agradecida sabe dar gracias por todo. Todo los que existe se nos ha dado. No somos creadores, sino criaturas, y estamos agradecidos porque hemos sido creados, porque existimos y no nos hallamos en el ámbito de la no existencia

La gratitud presupone un profundo respeto a la persona a la que se obsequia. También nosotros debemos obsequiar a los demás respetando profundamente el misterio del otro Dios nos regala sus dones porque somos preciosos a sus ojos

En la gratitud hacia mis padres reconozco las raíces de las que vivo En la gratitud hacia mis padres reconozco las raíces de las que vivo. Y doy gracias por mí mismo, por el hecho de haber llegado a ser como soy El arte de la gratitud consiste en dar gracias también por aquello que a primera vista resultó penoso. Hoy puedo dar gracias también por las carencias que experimenté en la infancia. Y estoy agradecido por las crisis que he vivido a lo largo de los años. Sin esos tiempos difíciles no habría llegado a ser quien soy ahora. Así, puedo volver la vista atrás y experimentar una profunda paz.

La mirada agradecida a la historia de mi vida pone ante mis ojos no sólo a mis padres y hermanos, sino también a muchas personas por las que puedo dar gracias. Quien trata de mirar con agradecimiento a las personas con las que se ha encontrado a lo largo de su vida experimentará cuanto bien le hace eso y qué enorme cantidad de regalos ha recibido en su vida.

La gratitud abre mis ojos al misterio del otro y, por consiguiente, cambia mi relación con él. Y hace posible que é se sienta acogido. El agradecimiento abre mis ojos al valor de mi persona. Sin embargo, no es fácil dar las gracias por uno mismo. Con frecuencia, en nuestro interior está profundamente arraigada la tendencia a rechazarnos a nosotros mismos. Desearíamos tener un cuerpo distinto, otras capacidades, otra posibilidad de desarrollo. Ahora bien, si lloramos por lo que no tenemos, nos incapacitamos para dar gracias por los dones que hemos recibido.

La gratitud me lleva a estar en armonía conmigo mismo y a experimentar una profunda paz por el hecho de ser como soy Puede aceptar con gratitud un elogio porque sabe que en definitiva todo es un regalo y no un mérito suyo. Pero al mismo tiempo es consciente de que ha contribuido a que todo resultara bien, y puede alegrarse por ello. Siempre me ha conmovido el hecho de que una persona se limite a decir gracias tras recibir un elogio.

El agradecimiento transforma mi vida El agradecimiento transforma mi vida. Si contemplo m vida con gratitud, la oscuridad se ilumina y la amargura empieza a adquirir un sabor agradable. El agradecimiento me preserva del desaliento y de la amargura, y me aproxima a Dios. Si estoy agradecido a alguien, puedo expresarlo con palabras o por medio de mi comportamiento. Si estoy agradecido, me comporto amable y gratuitamente con el otro, no calculo y no exijo ser correspondido

Ante Dios expreso mi agradecimiento, sobre todo, con alabanzas y bendiciones. Alabo a Dios por todos sus beneficios, por la creación, por la salvación en Jesucristo, por la gracia que me ha concedido una y otra vez, y por el don de mi vida. En cada instante recibimos nuestro ser nuevamente de Dios. Al darle gracias, expresamos quiénes somos: criaturas de Dios, nacidas de su energía creadora, mantenidas por él en la existencia y sostenidas por su amor Y le expreso que le debo todo mi ser.

La gratitud es la condición previa de la verdadera felicidad La gratitud es la condición previa de la verdadera felicidad. Quien no da las gracias por lo que recibe nunca será feliz. Quien no sabe dar las gracias tampoco puede Amar. La gratitud otorga duración al amor. Las personas que se aman quieren obsequiarse mutuamente. El regalo más grande que pueden hacerse es su amor mutuo. Pero sólo es posible gustar de este amor su uno lo recibe con agradecimiento