Hola, me llamo María Dominga Mazzarello, aunque todos me conocen como Maín

Nací en Mornés, un pequeño pueblo al norte de Italia

Nací el 9 de Mayo de 1837. Mis padres se llaman José y Magdalena y yo soy la mayor de 7 hermanos

En el año 1849 me trasladé a vivir a la Valponasca, una finca que queda a una hora del pueblo para que mi padre trabajase las viñas que hay alrededor.

Yo era fuerte y me gustaba trabajar en el campo Yo era fuerte y me gustaba trabajar en el campo. A los que no les gustaba tanto era a los trabajadores de mi padre porque decían que era imposible seguir mi ritmo.

Además ayudaba en las tareas de la casa como ir a coger por la mañana muy temprano agua al pozo.

La Valponasca quedaba un poco lejos de Mornés pero yo todos los días me levantaba muy temprano para ir a la Eucaristía.

Por la noche me unía a todos los que rezaban en el pueblo desde la ventana de mi habitación y poco a poco se fue agregando toda mi familia.

Un día de 1859 cuando yo tenía 21 años, entraron a robar en la Valponasca. Nos quitaron todos nuestros ahorros. La casa estaba demasiado aislada y mi padre decide comprar una casa en Mornés

En el invierno de 1860 llega a nuestro pueblo una grave enfermedad, el tifo. Yo voy a cuidar a la familia de mi tío. Y cuando ellos ya están sanos soy yo la que caigo enferma. Me curé pero después nunca recuperé las fuerzas de antes. Así que pensé cómo podía ayudar a las demás y un día paseando con mi amiga Petronila le conté lo que pensaba que juntas podíamos hacer.

Y aquella visión se fue haciendo poco a poco realidad. Un día en el pueblo tuvimos una visita muy especial … Don Bosco. El anima al pueblo para que construya un colegio para todos los niños de la zona. Y todo el pueblo se pone manos a la obra.

Por otro lado lo que empezó siendo un taller para enseñar a coser a las niñas se convierte en un internado. Petronila y yo ya no damos abasto y cada vez son más las niñas que viven con nosotras. Además se unen otras dos compañeras: Teresa y Rosina para echarnos una mano.

Nosotras queremos entregarnos al Señor, así que siguiendo los consejos de Don Pestarino, el párroco de mi pueblo y mi confesor, y de Don Bosco pensamos en ser religiosas.

Al mismo tiempo, el colegio que con tanto ilusión habían construido todos los del pueblo para los muchachos, no puede ser para ellos y Don Bosco propone que sea para las niñas y nosotras. El pueblo se siente engañado.

A pesar de todo el 5 de agosto de 1872, 14 compañeras mías y yo prometemos ante el Obispo y Don Bosco entregar toda nuestra vida a Dios para la educación de las jóvenes.

Así empieza la historia de las Hermanas salesianas.

Por la noche tenía la costumbre de reunir a todas las niñas y hermanas delante de la estatua de María Auxiliadora regalada por Don Bosco y el día acababa con las buenas noches

Además Don Bosco empieza a pedir nuestra presencia en otras ciudades. El colegio cada día se va haciendo más grande y nosotras cada vez somos más. Además Don Bosco empieza a pedir nuestra presencia en otras ciudades.

Muy rápido soñamos con ir a las misiones y yo la primera. Por esto se fundan los primeros colegios fuera de Mornés. Y las salesianas tienen que abandonar el pueblo. Muy rápido soñamos con ir a las misiones y yo la primera. Por fin un grupo de hermanas se prepara aprendiendo español. Las primeras misioneras llegaron a Uruguay y Argentina

Como yo no puedo ir con ellas les escribo a todas, especialmente a las que están al otro lado del mar en América.

Mi salud no es buena y en el año 1881 caigo enferma. El 14 de mayo de 1881 muero en Nizza – Monferrato. Tenía 44 años.

Hoy las Hermanas salesianas continúan, en todos los rincones del mundo la obra iniciada por Madre María Mazzarello para la alegría de las niñas y de las jóvenes sobre todo las más necesitadas.