El buen pájaro - Hola pajarito ¿puedes ayudarme?, yo soy una estatua y no puedo moverme así que me vendría bien tu ayuda. Coge el oro de mi cuerpo y repartelo por la ciudad a los más pobres. La golondrina asombrada por las dulces palabras del príncipe aceptó. LEO Y MIGUEL ANGEL 4º A
La golondrina tomó el oro que cubría el cuerpo de la estatua y voló a repartilo a los más pobres
Encontró a un pobre hombre que no encontraba trabajo y le dió un diamante. El hombre muy agradecido pensó que sus días tristes habían terminado. Después encontró a una niña pobre vendiendo Cerillas. Al verla le dió pena y le entregó otro diamante. La pequeña se lo agradeció y salió corriendo en busca de su madre para dársela.
Al día siguiente fue casa por casa dando trozos de oro de la estatua a todos los más necesitados que encontró . Entre ellos a una joven madre cuyo hijo estaba muy enfermo. Le dió el rubí para pagar las medicinas. La madre agradecida del pájaro lloró de alegría.
- Antes de eso quiero pedirte otro favor. Regalare Después de repartir todo el oro vio al rey estatua destrozada. - Tranquilo, dijo la estatua a la golondrina. - Aunque yo me muera mi pueblo no pasara hambre-. - Pero ¡te vas a morir! - Cuando se me acaben las piezas me moriré. Pero lo haré feliz sabiendo que mis queridos súbditos están bien. - Antes de eso quiero pedirte otro favor. Regalare mi corazón de plata a la luna para que siga brillando estas noches de soledad.
Esperó a que callera la noche para dirigirse al mar y entregar el corazon de plata de su fiel amigo, a la luna, como le habia encargado.