Orden sacerdotal 1 Sacramentos 85 Qué es Ant. Testamento En Jesucristo

Después de haber visto los sacramentos de iniciación, bautismo, confirmación y Eucaristía, y los sacramentos de sanación, penitencia y Unción de enfermos, trataremos dos sacramentos que se llaman sociales, orden sacerdotal y matrimonio.

El Orden sacerdotal y el matrimonio se llaman sociales, porque de suyo no están ordenados directamente a la salvación particular, aunque también contribuyen a ello, sino que directamente están ordenados a la salvación de los demás.

El sacramento del Orden tiene como misión la edificación del pueblo de Dios, el bien de la Iglesia o del mundo. Y el sacramento del matrimonio está ordenado al bien de la familia, como iremos viendo.

Comenzamos con el sacramento del Orden o del orden sacerdotal Comenzamos con el sacramento del Orden o del orden sacerdotal. Y lo primero, queremos ver porqué se le llama con este nombre de “Orden”. En la primitiva cristiandad no se decía así de los que pertenecían al sacerdocio. Provino de instituciones civiles.

En lo civil, principalmente en la ciudad, un “orden” era un grupo de personas que se distinguía del pueblo sencillo por alguna característica especial. Por ejemplo, el orden de los senadores o de los legisladores o el orden de los caballeros.

De aquí les pareció bien a los cristianos pasar a señalar al “orden de los obispos” o de los sacerdotes o, en general, de los clérigos. El primero que habló de esto fue Tertuliano, a mitad del siglo 3º. Así fue quedando esta palabra para designar a la jerarquía en la Iglesia.

Así se hablaba del “colegio de obispos” o “colegio sacerdotal”. En este sentido de grupo constituido de personas, desde hace unos 100 años, más que hablar de orden se hablaba de “colegio”, lo cual era más difícil entender para la gente sencilla, porque puede tener varios sentidos. Así se hablaba del “colegio de obispos” o “colegio sacerdotal”.

Pero esto no es lo que significaba propiamente el sacramento Pero esto no es lo que significaba propiamente el sacramento. Para señalar el sacramento se decía más bien “ordenación”. Aunque más bien quería significar el momento de realizar el sacramento.

Se llamaba también “orden”, porque no era un solo sacramento, sino que eran tres, que se recibían por orden o por grado: diaconado, presbiterado y episcopado, que era y es la plenitud.

La palabra “ordenación” ya se usaba en lo civil para entrar en el orden de caballeros o senadores. El sacramento más que ordenación es “consagración”, porque se trata de hacer a una persona sagrada para un oficio especial.

Este sacramento, aunque tenga grados, se suele llamar “Orden sacerdotal”, porque une a Cristo sacerdote. Veremos que Cristo es el único verdadero sacerdote, mediador entre Dios y los hombres; pero quiere tener unos hombres que le representen en esa mediación.

Por el sacramento del Bautismo vimos cómo todo bautizado queda incorporado al carácter sacerdotal de Cristo. Por eso la Iglesia es “un pueblo de reyes, asamblea santa, pueblo sacerdotal”.

Pueblo de reyes, asamblea santa, Automático Automático

pueblo sacerdotal,

pueblo de Dios,

bendice a tu Señor.

Te cantamos, Mediador

entre Dios y los hombres.

Te alabamos, oh ruta viviente,

Camino del cielo.

Pueblo de reyes, asamblea santa, Automático

pueblo sacerdotal,

pueblo de Dios,

bendice a tu Señor. Hacer CLICK

En el Ant. Testamento se habla bastante de los sacerdotes En el Ant. Testamento se habla bastante de los sacerdotes. Y no sólo se habla de los sacerdotes del pueblo de Dios, sino de otros sacerdotes extranjeros. Y precisamente son los primeros, como Melquisedec, sacerdote y rey de una ciudad cananea.

Se habla de varios sacerdotes egipcios y de un madianita. Melquisedec es el más famoso, pues Abraham acude a él para agradecer a Dios por una victoria. Abraham en general hacía las funciones de sacerdote en su misma familia: construía altares y ofrecía ofrendas.

Cuando ya el pueblo de Dios se constituyó como tal, se vio la necesidad de que hubiera algunos especializados en dar culto a Dios. Para ello se escogió una tribu, la de Leví, quízá porque el primer sacerdote, Aarón, hermano de Moisés, pertenecía a esta tribu.

Se señaló una tribu entera, los levitas, porque al principio, después de salir de Egipto, los primogénitos de cada familia debían consagrarse al culto a Dios. Pero vieron que esto era muy dificultoso, especialmente porque cada tribu vivía en lugares distantes.

Así que el hecho de ser sacerdote, y especialmente sumo sacerdote, era hereditario, de modo que estos solían ser descendientes de Aarón. A veces era elegido alguno, como una especie de premio por haber hecho algo importante en contra del mal, como aparece en el “Ëxodo”.

No es fácil ver de dónde provenía la palabra sacerdote en el Ant No es fácil ver de dónde provenía la palabra sacerdote en el Ant. Testamento. Algunos lo derivan de una palabra que significaba “inclinarse”: es estar en adoración ante la divinidad. O estar delante del Señor.

Sacerdote lo derivaban otros de “prosperidad”, en el sentido de que el sacerdote con sus ritos y ofrendas buscaba la prosperidad para el pueblo. El hecho es que aquel sacerdocio era preámbulo de lo que sería el sacerdocio en el N. Testamento.

3- Debían ofrecer los sacrificios que el pueblo ofrecía a Dios. Aquellos sacerdotes eran tenidos como intermediarios ante Dios, porque 1- buscaban la voluntad de Dios por medio de oráculos o bendiciones con objetos sagrados; 2- Debían enseñar la palabra de Dios; 3- Debían ofrecer los sacrificios que el pueblo ofrecía a Dios.

Hay algo que anunciaba más el nuevo sacerdocio: Debían unirse, más que los demás, a la santidad de Dios. Entonces solía llamarse “pureza ritual”: Debían estar más limpios de corazón para cumplir su misión. Aunque en realidad se quedaban más en la parte externa.

Los sacerdotes que cumplían mejor su misión, que era velar por el santuario y las cosas de Dios, se sentían impelidos a imitar en lo posible la santidad de Dios, a quien llamaban desde el fondo del corazón: “santo, santo, santo”

Santo, santo. Automático

Santo es el Señor.

Santo, santo.

Santo es el Señor.

Dios del universo

Llenos están

el cielo y la tierra

de tu gloria.

Hosanna, hosanna

en el cielo.

Hosanna, hosanna

en el cielo. Hacer CLICK

Desgraciadamente llegó un tiempo de cierta prosperidad material, después de la vuelta del destierro, en que se unió el sacerdocio con el poder material, de modo que, al no haber reyes, el sumo sacerdote era quien mandaba en la política. Y se incrementó la corrupción. Se habla de ello en los últimos libros del Ant. Testamento.

Así llegamos a los tiempos de Jesús en que había buenos sacerdotes, como Zacarías, el padre de san Juan Bautista, o aquellos a quienes envía Jesús a los leprosos curados o los que se convertían según se dice en los “hechos de los apóstoles”; pero los sumos sacerdotes estaban corrompidos y fueron unos de los principales causantes de la muerte de Jesús.

Jesucristo no fue sacerdote al estilo del Ant Jesucristo no fue sacerdote al estilo del Ant. Testamento; pero es el único y verdadero sacerdote, en cuanto que es el verdadero intermediario entre Dios y los hombres, ya que es verdadero Dios y verdadero hombre.

Jesucristo no ofrece una víctima extraña a Dios, sino que Él mismo es la víctima sagrada, como vimos al tratar sobre la institución de la Eucaristía el jueves santo: “Esta es mi sangre de la Nueva Alianza”.

Jesús ofrecía su sangre en la cruz hasta coincidiendo externamente con la inmolación del cordero pascual. Por eso san Pablo proclama: “Cristo, nuestro Cordero Pascual, ha sido inmolado”. Es la víctima divina que se ofrece por nosotros.

En el Nuevo Test., donde mejor se explica todo lo referen-te a Cristo sacerdote es en la “carta a los hebreos”. Contempla a Cristo sentado a la derecha de Dios, siempre vivo para interceder por nosotros.

Cristo es el mediador perfecto Cristo es el mediador perfecto. Por eso se le puede llamar sumo sacerdote misericordioso y fiel ante Dios. Los cristianos tenemos un sumo sacerdote extraordinario, que ha atravesado los cielos, Jesús, el Hijo de Dios.

Por eso dice la carta a los hebreos: “Mantengámonos firmes en la fe que profesamos”. Cristo Jesús con su muerte nos ha dado la vida verdadera. Su sacrificio de expiación y alabanza sustituye a todos los sacrificios antiguos. De un culto ritual se pasa a un culto existencial para unir al hombre con Dios y los hermanos.

Antes de la Pasión de Cristo todos los otros sacrificios eran intentos, no eficaces. Jesús es el único sacerdote auténtico, el único verdadero mediador entre Dios y los hombres, como dice la carta a Timoteo. Su sacrificio fue único, realizado una vez por todas y que se hace presente en el sacrificio eucarístico.

Terminamos recordando la amonestación de la carta a los hebreos: Si Jesús es nuestro verdadero sacerdote, si comprende nuestros anhelos, ya que es hombre como nosotros, si es Dios porque es “la Palabra del Padre”, vayamos a Él siempre con confianza ahora y cuando venga al fin de los tiempos.

Jesucristo, Palabra del Padre, Automático

luz eterna de todo creyente,

ven y escucha la súplica ardiente,

ven, Señor, porque ya se hace tarde.

Ven, Señor, porque ya se hace tarde.

Cuando el mundo dormía en tinieblas,

en tu amor tú quisiste ayudarlo

y trajiste vinien-do a la tierra,

esa vida que puede salvarlo.

y trajiste, viniendo a la tierra,

esa vida que puede salvarlo.

Cuando vengas, Señor, en tu gloria

que podamos salir a tu encuentro

y a tu lado vivamos por siempre,

dando gracias al Padre en el Reino.

Dando gracias al Padre en el Reino.

Con María, la Madre. AMÉN