CORIVESLIDES PRESENTA By Celen Orives

Reflexiones contemporáneas Texto y formatación:- Celen Orives Muchas veces, perdido en reflexiones, me quedo a pensar por qué el Espíritu (alma), siendo inmensamente fuerte, no se permite vencer a la Materia. Por qué cuando tengo un dolor en mi carne, mi espíritu, tenido como gran pujante, vigoroso, no se aleja por lo incómodo?

Caramba, siendo el lado espiritual del ser humano, algo tan poderoso, por qué no vence la floja carne, consiguiendo alejarse en un templo sagrado, donde el dolor sea un insignificante y simple accidente del existir y sin incomodar al alma, en su reinante soberanía? A fin de cuentas, es o no, el dominio de el primero sobre el segundo?

Ah, pero la carne es floja, dirán los filósofos de guardia Ah, pero la carne es floja, dirán los filósofos de guardia. Por eso mismo, si del otro lado, del homo sapiens, está la gran fortaleza del espíritu, por qué esta no se aleja de aquella inoportuna e indeseable presencia? Por qué siempre tiene que ser el dolor el gran vencedor? Por qué tiene que ser el hombre eterno prisionero, junto al calvario del sufrimiento?

Es decir entonces que carne y espíritu viven separados - - y que el débil – pobre y ruin – vence siempre a lo inmortal y a lo incorruptible? Y que esta misma carne, aunque condenada, como algo mortal, pobre, floja y ruin, prevalece vencedora, sobre el todo poderoso y inmortal espíritu? “To be or not to be”, (ah si el creador de Hamlet pudiera aclararme!!!) Maldito “ser o no ser“!!!

Que la Filosofía, con toda su petulancia, de todo explicar, aclare al mundo, esta duda . Al mundo, pero no a mí, que poco me importo ser un Hamlet o un Romeo, desde que no sea Julieta... Por esas y otras, es que mi alma vive siempre lejos de mi:- Vive en los espacios, en la pureza de los cielos; no quiere dejarse derrotar por la carne, ni sentirse pequeña ante sus impurezas.

Anhela ser libre como los suaves vientos de primavera y llevada, por dulces cánticos de querubines y bendiciones celestiales. Viviendo para amar y soñar, extendiendo sus imaginarias alas, sobre las distancias del infinito azul, donde el dolor no tiene abrigo. Y allá morará eternamente cuando la Materia no la pueda cobijar.

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