y no perezca ninguno de los que creen en Él. Tanto amó Dios al mundo, que le dio a su Hijo único para que el mundo tenga vida eterna, y no perezca ninguno de los que creen en Él.
En esta Navidad, y después de ella, se necesitan:
Personas-Ángeles Personas-Pastores Que comuniquen las grandes noticias de cada día, y no, los chismorreos y las peroratas que, en la mayoría de los casos, se utilizan para hablar mal de los demás. Personas-Pastores Que, a pesar de que no cuenten, y hasta estén mal vistos por las “personas de bien”, tengan las agallas necesarias, superando el conformismo, de ponerse en camino, pase lo que pase.
Personas-Estrellas Que iluminen, que estén siempre presentes en las encrucijadas de los caminos, prestos y dispuestos a dar claridad y consuelo.
Personas-Bueyes y Personas-Mulas Que den calor, que, aunque no posean títulos o riquezas, que aunque a veces puedan meter la pata al hablar en público, estén siempre en el lugar exacto, arropando, alentando, dando amor.
Personas-Pañales Personas que limpien, que sanen, Personas de las que hacen su trabajo callado y poco visto, y que después se retiran. No te olvides de ellas, que celebran la Navidad haciendo que todo esté preparado para los demás.
Personas-Pesebres Que estén siempre dispuestas a ofrecer lo mucho o lo poco que tengan. Que sus corazones estén de par en par, abiertos a cualquiera que necesite entrar en ellos.
Personas – Magos Que se dejen contagiar por la magia de Dios y estén siempre dispuestos a abrir sus cofres, y a ofrecer lo más valioso que poseen: amor a raudales.
¡Feliz Navidad, en el espíritu de Belén! Y que en el Año Nuevo encuentres lo que necesitas para sentir la plenitud de la Vida