Para hacer cosas bonitas hay que perder el miedo de hacerlas feas.
Aunque cortes todas las flores, no se detendrá la primavera.
La vida es como la espuma, por eso hay que ser como el mar.
No necesito amigos que cambien cuando yo cambio y asientan cuando yo asiento. Mi sombra lo hace mucho mejor.
Yo también digo “NADA” cuando me pasa “ALGO”.
Bendita la palabra que nace cuando se abre una puerta, un recuerdo, una herida.
Después del silencio, lo que más se acerca a expresar lo inexpresable es la música.
Solamente aquel que construye el futuro tiene derecho a juzgar el pasado.
La violencia es el refugio de las mentes pequeñas. Nada abriga mejor que el calor de una sonrisa.
Agradece a la llama su luz, pero no olvides el pié del candil que, constante y paciente, la sostiene en la sombra.
Actuamos como si el lujo y la comodidad fueran lo más importante en la vida, cuando lo único que necesitamos para ser realmente felices es algo por lo que entusiasmarnos.
Más vale un minuto de vida franca y sincera que cien años de hipocresía. El miedo es mal maestro para dar lecciones de virtud.