La lección 43 Es un verso que lo aprendí de la boca de mi madre, a la que hoy dedico como homenaje
La lección 43 Andrés Puig y Cadalfuí, estudiante de derecho, Salta de su duro lecho Y monologuea así: No he desperdiciado el mes Si me aprueban: el disloque La cosa es que no me toque La lección 43
En las demás no voy mal… Pero esa lección maldita… ¿como empieza, Santa Rita? ¡No me acuerdo, que animal! Ni el más ligero detalle Se me quedó en la mollera Andrés baja la escalera Cruza el portal Y a la calle…
La lección 43 Para ir con velocidad Coge un tranvía cerrado Se baja en el Noviciado Y entra en la Universidad. (pausa) Ya en aquel centro docente Y ante la puerta del aula Con un estudiante maula Cruza el diálogo siguiente:
La lección 43 ¿Aprietan?.– Así, así… ¿la 43 salió? – No lo sé, creo que no… Nada, que me toca a mí AL CLAUSTRO MOMENTO TAL, SALE UN BEDEL CON GALONES Y GRITA A PLENOS PULMONES: ¿Andrés Puig?: ¡Al tribunal ! el ejercicio.
La lección 43 -Ya en el Tribunal- ¿Andrés Puig?.– Servidor ¡Tome Vd. Asiento!.– Ya estoy ¡Saque Vd. Tres bolas!.– Voy… (a Puig le brota el sudor) Y claro el lector que es un pillín, Supone que a Andrés al fín Saca la lección fatal. Pues se equivoca, ¡vive Dios!
La lección 43 Saca tres bolas: la tres, la quince y la veintidós. Libre ya de tal suplicio, con júbilo y sin escama, Andrés desdobla el programa, y comienza El ejercicio.
La lección 43 ((Mira que si todo esto que estoy haciendo… ¿no sirve para nada?) (pienso yo…)). ¿Alguno/a me leerá?. Hace un calor bochornoso, La cátedra, está cerrada dentro: no se escucha nada Andrés pasea nervioso. En el asfalto sus botas, Marcan el andar de un pato, Suena un timbre… Pasa un rato, Y por fin: salen las notas.
La lección 43 Las coge el alumno Ulalla: Lee unas cuantas sobre un banco De pronto se pone blanco; Dice…: Andrés Puig…. (y se calla). Suspenso se queda Andrés, Y yo viendo aquel revés, Pienso… ¿Qué hubiese pasado, si a Andrés le hubiese tocado: ¿La lección cuarenta y tres?
La lección 43 ¡¡¡QUE LE HUBIESEN APROBADO…!!!