Domingo 16 del Tiempo Ordinario Marta y María
La Liturgia de hoy nos invita a reflexionar sobre: - la hospitalidad y la acogida, - y a ser místicos en la ación.
En la 1ª Lectura, ABRAHÁN acoge a los mensajeros de Dios. Al ver tres hombres, que se aproximan, el Patriarca corre a su encuentro y les ofrece hospedaje con insistencia.
Al final de la comida, como recompensa de la hospitalidad, recibe la promessa de un hijo. Era lo que más deseaba... Sería el heredero de las Promesas...
Cristo es para vosotros la esperanza de la gloria. En la 2ª Lectura, PABLO acogió a Cristo, que dió sentido a su vida y a su misión: Dios me ha nombrado ministro de la Iglesia, asignándome la tarea de anunciaros a vosotros el mensaje completo. Cristo es para vosotros la esperanza de la gloria.
En el Evangelio, MARTA y MARÍA acogen a Jesús en su casa. - MARTA se ocupa de los trabajos para acoger bien al visitante en su CASA. - MARÍA, se sienta a los pies del Maestro y acoge la Palabra de Jesús en su corazón...
En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Ésta tenía una hermana, llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo: Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano.
Pero el Señor le contestó: Marta, Marta, andas inquita y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán.
Hemos de ser contemplativos en la acción y activos en la contemplación. Marta y María son dos modelos de vida cristiana que es preciso saber coordinar e integrar.
Salmo 14 Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?
Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda? El que procede honradamente y practica la justicia, el que tiene intenciones leales y no calumnia con su lengua. Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?
Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda? El que no hace mal a su prójimo ni difama al vecino, el que considera despreciable al impío y honra a los que temen al Señor. Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?
Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda? El que no presta dinero a usura, ni acepta soborno contra el inocente. El que así obra nunca fallará. Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?
Aleluya Dichosos los que con un corazón noble y generoso guardan la Palabra de Dios, y dan fruto perseverando.