Hecho por: Giuliana Dameschik y Daniela Sutelman 4toQB
Al principio, cuando los judíos recién llegaban a Portugal, parecía un país ideal para ellos. El rey de Portugal había prometido una buena seguridad, economía y comercialización.
También les dio autonomía religiosa, es decir les dejaba practicar su religión sin inconvenientes, pero luego cuando España y Portugal se querían unificar, ya que cuando Manuel I y la hija de Fernando e Isabel de España decidieron casarse, todo cambio para los judíos.
España que ya los había exiliado una vez de sus tierras, se negaba a incorporarlos nuevamente en ellas. Por ello España le exigió a Portugal que los expulsara.
A Portugal esto no le convenía porque los judíos le otorgaban una buena economía, es por eso que empezaron a bautizar niños a la fuerza, como esto no obtuvo resultado continuaron las conversiones forzadas para los adultos. Manuel I intento retenerlos como cristianos. A muchos judíos esto no les gusto y se terminaron yendo. Otros simplemente se convirtieron. En 1497 se produce una nueva expulsión en Portugal. A comienzos del siglo XVI no quedaban mas judíos en Portugal, sino conversos que no podían irse de Portugal. Los conversos que querían seguir siendo judíos, no les quedaba otra opción que huir.
Doña Gracia Mendes era una hija de conversos nacida en Portugal que ayudo a muchos judíos a irse de Portugal. Cuando su marido murio, le dejo a cargo una inmensa fortuna. Cuando en el año 1536 se instauro la inquisición en Portugal, Doña Gracia junto a su hermana y sus sobrinos, se fue a Bélgica. Ella destino gran parte de sus ganancias en facilitar la huida de muchos judíos sefaradim.
Doña Gracia se quedo durante 2 años en Amberes. Luego se fue a Venecia, donde fue denunciada como judía secreta, allí quedo presa hasta que lograron sacarla y se fue hacia el oeste de Venecia, donde se declaro judía públicamente con el nombre Doña Gracia Nasí. En 1153 Doña Gracia con su hija abandonaron la Europa cristiana y se trasladaron a Estambul donde se reunieron con un pariente que había retornado al judaísmo adoptando el nombre de Iosef Nasí. También desde su nueva residencia mantuvo una enorme actividad a favor de su pueblo.