… nos unimos en este andar a todas las comunidades que, alrededor del mundo en y a pesar de todas las dificultades y obstáculos, han peregrinado como nosotros.
En México vivimos con entusiasmo los peregrinajes para celebrar los 40 años de Fe y Luz.
Nacimos como fruto de un peregrinaje a Lourdes. En la gruta de Massabielle, en la fuente, fuimos bautizados…
Nos sentimos llamados a peregrinar para agradecer a Jesús y María todas las bendiciones que hemos recibido en Fe y Luz.
. También peregrinamos para volver con esperanzas renovadas, para vivir y anunciar lo que es Fe y Luz.
A través de la peregrinación damos gracias por el camino recorrido…
…pero también tenemos la oportunidad de proclamar el mensaje de Fe y Luz.
Volvemos a descubrir lo que es esencial para la felicidad : el Evangelio de las Bienaventuranzas.
En un peregrinaje de Fe y Luz, caminamos juntos hacia un lugar en el que nos espera Jesús.
Jesús nos hace una invitación personal a peregrinar: “Si quieres, ven…”
con tus hermanos y hermanas más débiles…
… quienes están siempre listos para partir. Los amigos especiales están a la cabeza de nuestra caravana…
… y nosotros seguimos sus pasos.
¡Reanudemos la marcha con la gracia del primer peregrinaje!
para que todas nuestras comunidades sean cada vez más lugares llenos de vida, amor, paz y gozo en torno a los más débiles.
Que todos los que nos vean vivir puedan decir, tal y como se decía de las primeras comunidades cristianas :
“Miren cómo se aman”
En el primer peregrinaje, a todos nosotros se nos devela un gran misterio…
“Donde hay amor, el sufrimiento a veces muy profundo puede coexistir con el gozo.”
“He venido a arrojar fuego sobre la tierra, y cuanto desearía que ya se hubiera encendido” ¡Ese fuego ya se ha encendido!
Ahora, que se enciendan otros fuegos alrededor del mundo, en cada lugar donde habrá un peregrinaje.
Queremos recordar y vivir lo que Jean Vanier y Marie-Hélène Mathieu, junto con algunos padres de familia, pusieron en marcha en el primer peregrinaje de Fe y Luz.