Reiki: Otra vía para la salud

El término “Reiki”, en japonés significa “energía vital” o energía de la vida.

En una definición simplista, es una técnica de canalización de energía a través de las manos orientada al equilibrio integral del individuo, aunque abarca muchos otros aspectos.

Se puede definir también el Reiki como un sistema de sanación natural. Es una terapia complementaria de la Medicina tradicional, no excluyente.  El Reiki no es una religión, por tanto, no precisa fe ni creencia religiosa alguna para su práctica.

Como método establecido data de principios del siglo XX, procede de Japón y su creador fue Mikao Usui

En primer lugar, fue introducido en Estados Unidos y con posterioridad llegó a Europa.

Al parecer, Usui tomó como base para el reiki los llamados “sutras” budistas e hinduistas, que son textos de enseñanza y normas para alcanzar la iluminación o realización espiritual del ser humano.

Usui plasmó su método de enseñanza en un texto, difundido ampliamente en Occidente, conocido como Hikkei o manual del Sr Usui.

Uno de los principios que se exponen en el Hikkei es que “Primero hay que sanar la mente. Si nuestra mente está sana entonces nuestro cuerpo sanará”.

Durante mucho tiempo el reiki ha sido mirado con recelo y desprecio, pero de unos años a esta parte ha ganado respeto y admiración y se ha adoptado en muchos hospitales del mundo.

En algunos casos, por lo significativo de los resultados observados, inicialmente como paliativo de los efectos secundarios de los tratamientos de quimioterapia de enfermos de cáncer y en otros para usos más amplios. A modo de ejemplo, se puede reseñar que desde 1995 existe una clínica de Reiki en el Tucson Medical Center de Arizona.

En nuestro país, en el año 2007 los medios de comunicación se hicieron eco de su implantación en el Hospital “Ramón y Cajal” de Madrid y paulatinamente se va adoptando en hospitales de otras muchas ciudades.

Para entender la naturaleza de esta técnica hay que partir de la base de que todo ser humano tiene un campo energético y los desequilibrios en el mismo pueden generar diversas patologías a nivel físico, mental o emocional.

Durante mucho tiempo, la existencia de este campo energético humano ha sido negado sistemáticamente por la ciencia.

Entre los años 1920 y 1930, por tanto, hace casi 100 años, se realizaron múltiples investigaciones orientadas a confirmar su existencia.

Baste aludir, por lo revolucionario para la época, a la teoría de un investigador de la Universidad de Yale, el Dr. Harold Saxon Burr.

Según él, las enfermedades podían ser detectadas en el campo energético del cuerpo antes de que se manifestaran físicamente. Incluso creía que se podía evitar la enfermedad alterando dicho campo.

Naturalmente, estos conceptos eran demasiado adelantados para su época, dado que se carecía de instrumental adecuado para medir el campo energético.

Hoy en día ya se dispone de medios, por lo que se admite la existencia del campo energético humano.

Uno de los instrumentos más relevantes es el magnetómetro SQUID, que es capaz de detectar campos biomagnéticos minúsculos asociados a actividades fisiológicas en el cuerpo, dicho de manera más simple, el campo de energía del cuerpo.

A ese campo energético, que rodea a la persona, se le denomina comúnmente “aura” y está formado por la suma de energías emitidas por nuestro organismo.

Dentro del cuerpo humano, el campo energético también tiene una estructura particular: se distribuye en una red de canales secundarios (llamados meridianos) que como un sistema nervioso energético, se distribuyen por todo el organismo. Sobre estos canales se trabaja también con la acupuntura.

Además de estos canales, existe un canal principal, paralelo a la columna vertebral, dividido a su vez en dos canales menores; uno de energía ascendente, y otro descendente.

Este canal principal alcanza en siete puntos una intensidad energética increíble : son los llamados "chakras".

Un chakra (literalmente, rueda) es un vórtice o remolino de energía. más gráficamente es una válvula de control de los distintos planos físico, mental y emocional.

El cuerpo humano tiene 7 chakras principales, cada uno de ellos rige distintos órganos y sistemas corporales y tiene su correspondencia a nivel mental y emocional.

Para ser canal de energía, se requiere la apertura de los chakras superiores y los de las palmas de las manos.

Para poder practicar reiki, es decir, canalizar energía es necesario que un maestro realice los llamados alineamientos o iniciaciones.  

  El fin de esos alineamientos es la apertura de los ya mencionados “Chakras”, que, como se ha dicho, son centros de energía.

La práctica del Reiki únicamente precisa abrir los chakras superiores, el chakra corona, el del tercer ojo, el de la garganta y el del corazón, así como los de las palmas de las manos.

Un tratamiento de Reiki consiste en que el terapeuta coloque sus manos en diferentes puntos del cuerpo del paciente, con fines de equilibrio.

Esos puntos coinciden con los inicios o finales de los canales energéticos a los que ya se ha aludido, de manera que, con independencia de la posición en que se encuentre el terapeuta, la energía fluye por todo el cuerpo del receptor.

En la enseñanza de Reiki existen tres niveles: el primero, orientado al nivel físico el segundo, al nivel mental-emocional y a distancia el tercero, al nivel espiritual.

Es una técnica extremadamente sencilla para su práctica Es una técnica extremadamente sencilla para su práctica. Cualquier persona tiene capacidad para canalizar energía para sí misma y para los demás. No desgasta a la persona que lo practica, más bien al contrario, la recarga de energía.

La energía nunca puede causar daño ni a quien la canaliza ni a la persona receptora.  

No obstante, hay tres circunstancias en las que está contraindicado el uso del Reiki:  

- Cuando el receptor lleva un marcapasos - En el caso de fractura ósea, si se ha producido un desplazamiento del hueso - Sobre las heridas abiertas o quemaduras

Beneficios del Reiki: - Relajación y paz - Equilibrio emocional - Fortalecimiento del cuerpo y la mente - Eliminación de toxinas - Liberación de bloqueos - Autocuración - Ampliación de consciencia