Lectio divina del Salmo dominical Gn 14,18-20: Sacó pan y vino. Sal 109, : Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec. 1Co 11,23-26: Cada vez que coméis y bebéis, proclamáis la Muerte del Señor. Lc 9,11b-17: Comieron todos y se saciaron. Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo Año C: Cristo ofrece el Pan y el Vino de su Cuerpo y de su Sangre.

Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.

Oráculo del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos estrado de tus pies.» Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu cetro: somete en la batalla a tus enemigos.

Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento, entre esplendores sagrados; yo mismo te engendré, como rocío, antes de la aurora. »

Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: «Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.»

Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.

Lectio Ahora leemos el salmo entero, despacio… SALMO 109 (110) 1 [De David. Salmo.] Oráculo del Señor a mi Señor: "Siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos estrado de tus pies". 2 Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu cetro: somete en la batalla a tus enemigos. 3 "Eres príncipe desde el día de tu nacimiento, entre esplendores sagrados; yo mismo te engendré, como rocío, antes de la aurora". 4 El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: "Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec“. 5 El Señor a tu derecha, el día de su ira, quebrantará a los reyes. [ 6 juzgará a los gentiles, amontonará cadáveres, quebrantará cráneos sobre la ancha tierra.] 7 En su camino beberá del torrente, por eso levantará la cabeza. Si quieres escuchar este salmo en hebreo, su lengua original, pincha aquí.

Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio? Según el P. Ramón Ribera, monje de Montserrat, y otros estudiosos, el orden de los salmos no se debe al azar sino que hay toda una estructura interna.

Nuestro salmo se encuentra en la segunda parte del salterio, dedicado a las alabanzas a Dios, formada por los libros: 4º: salmos º: salmos y 5º: salmos Lectio Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio? Salmo 109: El Mesías, Rey y Sacerdote. Dentro del quinto libro, el salmo 109 se encuentra al final del grupo de salmos centrales (salmos ) del 1er conjunto de 26 salmos en honor a YHWH (valor numérico de las consonantes hebreas del Nombre), formado por los salmos

El salmo 109 (110) es un salmo real, quizá perteneciente a la liturgia de entronización del rey davídico. Se trata de una composición arcaica, muy usada y adaptada a lo largo de los siglos, lo que hace difícil establecer el texto original, de hecho el v. 3 se basa en conjeturas. Se inicia el salmo con tres oráculos (vv y 4) que un profeta o sacerdote de la corte pronuncia ante el rey que va a tomar posesión del trono e iniciar así su reinado. En ellos se comunica de parte de Dios al nuevo monarca su categoría casi divina: “Siéntate a mi derecha” (v. 1); su filiación divina –que en Israel se entiende que es una filiación por adopción, no por naturaleza-: “Yo te he engendrado” (v. 3); y su carácter sagrado y sacerdotal –el rey es el “mesiah” = “ungido”-: “Sacerdote eterno según el rito de Melquisedec” (v. 4). A continuación (vv. 5-6) sigue una serie de promesas de asistencia al rey en sus batallas. La última frase del salmo (v. 7) resulta misteriosa: “Beber del torrente” quizá pueda referirse a alguna ceremonia o rito que desconocemos. Este salmo, con el correr de los siglos, se fue convirtiendo en el salmo mesiánico por excelencia no sólo para los judíos, sino también para los cristianos. El propio Jesucristo se lo aplicó como “prueba” de su condición mesiánica frente a la incredulidad de los fariseos (Mt 22, 41-45). Es el salmo más citado o comentado en el Nuevo Testamento, ya que sólo en Cristo se vuelve claro y halla su cumplimiento: Él es el Hijo engendrado por el Padre antes de todos los siglos, Cristo resucitado es el Rey que se sienta a la derecha de Dios; Él es el ungido, Hijo de David; y es el sacerdote eterno que ofrece el sacrificio perfecto y definitivo. Lectio : ¿Qué dice el texto?

Meditatio : Lo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto. Esto es algo muy personal por ello aquí para ayudar a esta meditación relacionamos el salmo con las lecturas del domingo. Haré de tus enemigos estrado de tus pies Abraham viene de derrotar a los príncipes amorreos y de liberar a su sobrino Lot cuando Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, bendijo a Dios y ofreció pan y vino. Cristo Jesús es quien aniquila a todos sus enemigos (el pecado y la muerte) mediante su pasión, muerte y resurrección. Pero también, cuando participamos de su Cuerpo y de su Sangre, somete nuestros “enemigos interiores” que son los más temibles: rencores, miedos, complejos, autosuficiencias… porque al comulgar nos vamos configurando con Cristo y haciéndonos copartícipes de su destino.

Tú eres sacerdote eterno según el rito de Melquisedec Cristo, como Melquisedec, ofrece pan y vino pero, a diferencia de éste, se da a sí mismo: el Pan consagrado es su Cuerpo entregado y el Vino bendecido es su Sangre derramada. Por eso, no sólo nos alimentamos de Cristo sino que también lo adoramos. Que su contemplación nos lleve a un compromiso de vida coherente con lo que celebramos.

Siguiendo a san Jerónimo y otros Padres de la Iglesia podemos entender esta expresión referida a Cristo que en su camino bebió de las turbias aguas del torrente de la Pasión y por eso después levantó la cabeza en su resurrección. El Cristo Crucificado y Resucitado se identifican la tarde del domingo de pascua cuando Jesús apareciéndose a sus discípulos les dijo: “mirad mis manos y mis pies” A Él glorioso es a quien adoramos en el Santísimo Sacramento. Él es como el pelícano que alimenta a sus crías con su propia sangre, ¡acudamos a Él para obtener Vida! En su camino beberá del torrente, por eso levantará la cabeza.

Oratio ¿Qué me hace decirle a Dios este salmo, la liturgia de este domingo? Te damos gracias, Señor, Sacerdote eterno que te entregas a Ti mismo. Haz que cada vez que recibimos tu Cuerpo y tu Sangre nos vayamos asemejando a Ti y crezca nuestra fe y consciencia amorosa en tu Presencia. Amén.

“Vemos prefigurado en el sacerdote Melquisedec el misterio del sacrificio del Señor, como testifica la Escritura divina cuando dice: “Y Melquisedec, rey de Salem, ofreció pan y vino; fue sacerdote del Altísimo y bendijo a Abraham.” Y el Espíritu Santo declara en los Salmos que Melquisedec representaba la figura de Cristo, por la persona del Padre que habla al Hijo: “Antes de la estrella de la mañana te engendré. Tú eres sacerdote para la eternidad según el orden de Melquisedec.” Este orden, efectivamente, es el que parte de aquel sacrificio, en cuanto Melquisedec fue sacerdote del Dios Altísimo y en cuanto ofreció pan y vino y bendijo a Abraham. En efecto, ¿quién más sacerdote del Dios Altísimo que nuestro Señor Jesucristo que ofreció el sacrificio a Dios Padre y ofreció esto mismo que Melquisedec había ofrecido, el pan y el vino, es decir, su Cuerpo y su Sangre?.” (S AN C IPRIANO, Carta 63, 4)S AN C IPRIANO Contemplatio Miro y me dejo mirar… En esto los Padres de la Iglesia son maestros…

Cada vez que como del Pan y bebo del Cáliz, proclamo la muerte del Señor, hasta que vuelva. Actio ¿Qué me hace vivir el Señor a partir de esta Palabra? Es el momento de la “obediencia de la Fe”…