Hemri Fatin-Latour Nació en Grenoble Francia en Fue compañero de generación de Manet Degas y Whistler. Recibió sus primeras enseñanzas de su padre Jean-Teodore pintor y profesor de dibujo. En Paris entra en el taller de dibujo de Lecoq de Boisbaudran y posteriormente en la escuela de Bellas Artes. Asiste esporádicamente al taller de Courbet. En el Louvre descubrió a sus maestros Tiziano, Veronés, Van Dick y Watteau de ellos asimiló el colorido de Tiziano, los esfumatus de Verones en los retratos y las veladuras en los fondos de las flores de Van Dick. Su relación con los impresionistas fue estrecha aunque negará sus teorias y no participará en las exposiciones de grupos. Seguirá los modelos del barroco holandés así como el estilo romántico inspirado en Delacroix y Corot. Practicando una suerte de realismo lírico Gran admirador del músico Wagner le dedicó muchas de sus composiciones alegóricas. Ejerció una importante influencia en pintores Simbolistas posteriores como Odilón Redón. Inmortalizó a muchos escritores y pintores de su época, pero fueron sus bodegones de flores los que le dieron una extraordinaria fama dedicandole a ellos gran parte de sus años de madurez. Murió en Buré el 25 de agosto de 1.904
Ya siento en vuestro aroma soberano, Divinas flores, empapado el viento; Y aspira la nariz y el pecho alienta Los ámbares que el prado les presenta ¡O! ¡ qué infinita Profusión de colores La embebecida vista solicita ! ¡ Que magia ! ¡que primores De subido matiz, que anhela en vano Al lienzo trasladar pincel liviano Con el arte natura A formaros en una concurrieron. Galanas flores, y a la par os dieron Sus gracias y hermosura. Mas ¡a! que acaso un día Acaba tan pomposa lozanía. Imagen cierta de la suerte humana. Juan Meléndez Montaje y coordinación: Charo González