El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo a quien quería Jesús, y les dijo: -Se han llevado al Señor y no sabemos dónde lo han puesto. (Jn 20,1-2) (Jn 20,1-2)
«¿Quién nos correrá la piedra A la entrada del sepulcro?» ¿Quién alejará las sombras para que avance la luz? ¿Quién encenderá la vida por la muerte amortajada? EL GOZO DE SU PRESENCIA
Las mil preguntas del miedo, pertenecen al pasado. Con dolorida frecuencia nos volvemos al sepulcro. ¿No nos alcanzan las fuerzas para soñar un futuro en el que triunfen la vida, la esperanza y la justicia?
¡Como si sólo nostalgia nos ofreciera el camino, como si sólo el recuerdo nos ofreciera cobijo!
Menos mal que en la mañana hay mensajeros de luz que nos liberan del miedo del cansancio y de la náusea.
«¿Por qué buscáis solamente a Jesús crucificado? ¡Ya no albergan los sepulcros al Señor resucitado!»
Era el camino de todos y en el camino se encuentra. Era la verdad desnuda y no lo oculta la niebla. Que siempre la vida fue y la muerte no lo apresa. Muerto fue como un esclavo y como el Señor espera. ¿Cómo ocultar en el pecho el gozo de su presencia, si vive resucitado quien por nosotros muriera? José-Román Flecha Andrés
José Román Flecha Andrés PALABRA DEL SEÑOR –Salamanca Presentación: Antonia Castro Panero Música: Pasqua del mio Signore