Conversión para la misión, misión para la conversión FAMILIA, SÉ LO QUE ERES De la desintegración a la comunión “Por eso dejará el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne” (Mt 19,5)

ORACIÓN INICIAL Jesús, María y José en ustedes contemplamos el esplendor del verdadero amor, a ustedes nos confiados y dirigimos. Santa Familia de Nazaret, haz también de nuestras familias lugar de comunión y cenáculo de oración, auténticas escuelas del Evangelio de su Hijo y pequeñas Iglesias domésticas. Que no halla en las familias episodios de violencia, cerrazón, odio y división; que quien haya sido herido o escandalizado sea pronto consolado y curado. Santa Familia de Nazaret, que seamos conscientes del carácter sagrado e inviolable de la familia, de su belleza en el proyecto de Dios. ¡Jesús, María y José, escuchen y reciban nuestra súplica!

I. VER/ESCUCHAR Debido a una serie de circunstancias, un huevo de águila fue a parar a un rincón del granero donde una gallina empollaba sus huevos. Y así fue como el pequeño aguilucho fue incubado junto con los polluelos. Pasado algún tiempo, el aguilucho, Inexplicablemente, empezó a sentir deseos de volar. De modo que le preguntó a mamá-gallina: “¿Cuándo voy a aprender a volar?»

La pobre gallina era perfectamente consciente de que ella no podía volar ni tenía la más ligera idea de lo que otras aves hacían para adiestrar a sus crías en el arte del vuelo. Pero, como le daba vergüenza reconocer su incapacidad, respondió evasiva mente: “Todavía es pronto, hijo mío. Ya te enseñaré cuando llegue el momento». Pasaron los meses, y el joven aguilucho empezó a sospechar que su madre no sabía volar. Pero no fue capaz de escapar y volar por su cuenta, porque su intenso deseo de volar se había mezclado con el sentimiento de agradecimiento que experimentaba hacia el ave que le había Incubado.

¿Cómo podemos relacionar este cuento con la familia?  La gran problemática de violencia, el crimen, el relativismo, las adicciones, la inversión de valores colocando en primer lugar lo económico.  La madre de familia que por motivos laborales está ausente y deja sus hijos al cuidado de los abuelos, la escuela u otra institución.  El matrimonio como Sacramento de amor es desechable, provocando con esto, en los hijos, inestabilidad emocional.  Uniones entre personas del mismo sexo o sociedades en convivencia, que pese a que algunos les llaman matrimonio, la Iglesia no las considera como tal.

Nos dice el Papa Francisco: La familia atraviesa una crisis cultural profunda, la fragilidad de los vínculos se vuelve especialmente grave porque se trata de la célula básica de la sociedad. El matrimonio tiende a ser visto como una mera forma de gratificación afectiva. Pero el aporte indispensable del matrimonio a la sociedad supera el nivel de la emotividad y el de las necesidades circunstanciales de la pareja. Lo preocupante, es que son cristianos católicos los que han perdido su identidad cristiana y se han acomodado al mundo, eso refleja una ausencia de formación en todos los niveles.

II. JUZGAR/DISCERNIR La complementariedad del hombre y la mujer es algo querido por Dios.  Él los saco de la nada y los ha colocado como administradores de todo.  Ese amor tan grande por su creación llevó a Dios preservar la institución familiar pese al castigo del diluvio  Escuchando el clamor de su pueblo lo rescató, lo sacó de la esclavitud al servicio y selló su pacto en el Sinaí.  Cual esposo que se desposa con su amada, él siempre se mantuvo fiel, a pesar de las infidelidades de su pueblo.  Y tanto nos amó que llegada la plenitud de los tiempo nos envió a su Hijo para salvarnos. Todo por amor y sin esperar nada a cambio.  El amor de Cristo a la Iglesia, es el fundamento más importante para alentar y fortalecer el matrimonio cristiano. (Gn 1,26-27; )

Mt 5,31-32; 19,7-9. Jesús dejó en claro que el matrimonio es una unión perpetua. Efesios 5, San Pablo aconseja al esposo amar a su esposa como Cristo amó la Iglesia para santificarla y presentarla sin mancha. Es el amor que tiene su fundamento en Dios. Col 3, recomendaciones para que la vida familiar sea armónica

Desde el Magisterio de la Iglesia  El Papa Francisco, ha insistido en el cuidado de la familia:  Honor a la fidelidad, que se expresa en el consentimiento.  Compromiso de ayudarse mutuamente para realizar sus propias cualidades y aceptar los propios límites.  La fidelidad es una confianza que quiere ser compartida, y una esperanza que debe ser cultivada.

 Jesús comienza su vida pública en el interior de una familia, en el seno de un hogar. Y es donde Él sigue siendo parte.  La gran crisis que atraviesa la familia llega directamente a los jóvenes, ellos están por emprender su camino hacia el matrimonio y la familia.  Abrirles nuevos horizontes, ayudándoles a descubrir la belleza y la grandeza de la vocación al amor y al servicio de la vida. Ellos los que se ven afectados directamente por la frágil estructura familiar, y junto a ello por las distintas situaciones que le rodean. Es por esto que la familia debe continuar con su misión de ser trasmisora y comunicadora de la Buena Nueva a las próximas generaciones.

“La familia es una fábrica de esperanza, de vida y resurrección. Dios fue el que abrió ese camino”

III. ACTUAR/CONVERTIR El Papa, siguiendo la indicación del Apóstol san Pablo (Ef 4,26), invita al matrimonio a no dormir hasta que ambos se pidan perdón y duerman en paz. La vida familiar se alimenta constantemente del amor, el perdón, el diálogo, la fidelidad y la oración y los valores importantes para fortalecerla. Debemos motivar a los integrantes de la familia a un diálogo fraterno, sincero y abierto, debido a que la familia no dialoga y constantemente hay gritos desesperados en el matrimonio y la relación con los hijos.

COMPROMISOS

ORACIÓN FINAL Haz Señor, que en nuestro hogar, cuando se hable, siempre nos miremos a los ojos y busquemos crecer juntos; que nadie esté sólo en la indiferencia o el aburrimiento; que los problemas de los otros no sean desconocidos o ignorados, que pueda entrar quien tiene necesidad. Señor, que en nuestra casa sea importante el trabajo, pero no más importante que la alegría; que la comida sea el momento de alegría y de conversación; que el descanso sea paz del corazón y del cuerpo; que la riqueza mayor sea estar juntos. Señor, que en nuestra casa el más débil sea el centro de la atención; que el más pequeño y el más viejo sean los más queridos; que el mañana no nos dé miedo, porque Dios siempre está cerca; que cada gesto esté lleno de significado; que te demos gracias por todo lo que la vida nos ofrece y tu amor nos da. Amén