“¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y confían en caballos; y su esperanza ponen en carros, porque son muchos, y en jinetes, porque son valientes; y no miran al Santo de Israel, ni buscan a Jehová!” Isaías 31:1

La gratitud nos permite ver con certeza las promesas de Dios (la resurrección, el cielo nuevo y la tierra nueva, etc.). A su vez la promesa de la victoria final inspira gratitud y esperanza.

Es difícil para el ser humano poner su esperanza en algo que no ve; el mundo que nos rodea nos ha hecho creer que podemos confiar en aquello que podemos mirar y contar, por esta razón la mayoría pone su confianza en las cosas que tiene o puede conseguir; muchos ponen su confianza en el trabajo, en sus jefes, sus posesiones o su dinero; cuando más recursos materiales posee el ser humano pareciera que más seguro está.

“Maldito el hombre que confía en el hombre.” Jeremías 17:5. 1.La esperanza basada en las personas.  Los seres humanos somos mortales, nuestra palabra dura mientras vivimos.  Por esta razón, basar nuestra esperanza de vida en personas es falta de sabiduría.  Los seres humanos no somos una fuente confiable para colocar nuestra esperanza.

2.La esperanza basada en las posesiones. Trabajamos para tener una mejor calidad de vida. “Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?” Mateo 16:26.

Jesús en San Lucas 12:16, nos presenta la siguiente parábola. “Ahora si alma mía, muchos bienes tienes para muchos días, come, alégrate y gózate.” El Señor recalca: “Si en esta noche vienen a pedir tu alma, lo que tienes, ¿para quién será?”.

Filosofía del sabio Salomón dice: “Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; No me des pobreza ni riquezas; Mantenme del pan necesario; No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, y blasfeme el nombre de mi Dios”. Prov. 30:8,9.

“Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mi aunque este muerto vivirá.” Juan 11:25. “Vendré otra vez.” Juan 14: La esperanza basada en el poder de Dios.

Vivir con Jesús es el poder que da esperanza. “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”. Juan 14:1-3

¿Quieres aceptar a Jesús, como tu salvador y tu Dios? Reconoce a Dios como tu creador, al pasar hoy a dar tu ofrenda de gratitud también entrégale tu corazón.