Lectura por palabras VolverVolver Un Plan Lector para nuestro centro C.E.I.P Benedicto XIII- Illueca (Zaragoza) V1 V2 V3 V4 V5 180 palabras por minuto 210 palabras por minuto 250 palabras por minuto 300 palabras por minuto 350 palabras por minuto El Haz bien sin mirar a quien Elije la velocidad de la lectura 5º- Prueba 3 El Haz bien sin mirar a quien Elije la velocidad de la lectura

Lectura por palabras VolverVolver Un Plan Lector para nuestro centro C.E.I.P Benedicto XIII- Illueca (Zaragoza) Curso: 5º Prueba: 3 Título: Haz bien sin mirar a quien Velocidad: 180ppm Una pobre viuda tenía un hijo muy hermoso. Como no lo podía mantener, le aconsejó se marchase a probar fortuna. Le dio muchos besos, unas alforjas, un pan, y le encargó que nunca olvidase la máxima Haz bien sin mirar a quién. Anda que anda, el chico llegó a la orilla de un ancho y cristalino río. Se sentó, comió un pedazo de pan, y le echó unas miguitas a un pájaro muy bonito. El animal se acercó sin temor, el muchacho lo cogió, lo metió vivo en las alforjas y pensó: - Me lo comeré asado cuando se me acabe el pan que me dio mi madre. En el momento, recordó que ésta le había encargado: Haz bien y no mires a quién, y soltó al pájaro, que voló cantando de alegría.

Lectura por palabras VolverVolver Un Plan Lector para nuestro centro C.E.I.P Benedicto XIII- Illueca (Zaragoza) Curso: 5º Prueba: 3 Título: Haz bien sin mirar a quien Velocidad: 210ppm Una pobre viuda tenía un hijo muy hermoso. Como no lo podía mantener, le aconsejó se marchase a probar fortuna. Le dio muchos besos, unas alforjas, un pan, y le encargó que nunca olvidase la máxima Haz bien sin mirar a quién. Anda que anda, el chico llegó a la orilla de un ancho y cristalino río. Se sentó, comió un pedazo de pan, y le echó unas miguitas a un pájaro muy bonito. El animal se acercó sin temor, el muchacho lo cogió, lo metió vivo en las alforjas y pensó: - Me lo comeré asado cuando se me acabe el pan que me dio mi madre. En el momento, recordó que ésta le había encargado: Haz bien y no mires a quién, y soltó al pájaro, que voló cantando de alegría.

Lectura por palabras VolverVolver Un Plan Lector para nuestro centro C.E.I.P Benedicto XIII- Illueca (Zaragoza) Curso: 5º Prueba: 3 Título: Haz bien sin mirar a quien Velocidad: 250ppm Una pobre viuda tenía un hijo muy hermoso. Como no lo podía mantener, le aconsejó se marchase a probar fortuna. Le dio muchos besos, unas alforjas, un pan, y le encargó que nunca olvidase la máxima Haz bien sin mirar a quién. Anda que anda, el chico llegó a la orilla de un ancho y cristalino río. Se sentó, comió un pedazo de pan, y le echó unas miguitas a un pájaro muy bonito. El animal se acercó sin temor, el muchacho lo cogió, lo metió vivo en las alforjas y pensó: - Me lo comeré asado cuando se me acabe el pan que me dio mi madre. En el momento, recordó que ésta le había encargado: Haz bien y no mires a quién, y soltó al pájaro, que voló cantando de alegría.

Lectura por palabras VolverVolver Un Plan Lector para nuestro centro C.E.I.P Benedicto XIII- Illueca (Zaragoza) Curso: 5º Prueba: 3 Título: Haz bien sin mirar a quien Velocidad: 300ppm Una pobre viuda tenía un hijo muy hermoso. Como no lo podía mantener, le aconsejó se marchase a probar fortuna. Le dio muchos besos, unas alforjas, un pan, y le encargó que nunca olvidase la máxima Haz bien sin mirar a quién. Anda que anda, el chico llegó a la orilla de un ancho y cristalino río. Se sentó, comió un pedazo de pan, y le echó unas miguitas a un pájaro muy bonito. El animal se acercó sin temor, el muchacho lo cogió, lo metió vivo en las alforjas y pensó: - Me lo comeré asado cuando se me acabe el pan que me dio mi madre. En el momento, recordó que ésta le había encargado: Haz bien y no mires a quién, y soltó al pájaro, que voló cantando de alegría.

Lectura por palabras VolverVolver Un Plan Lector para nuestro centro C.E.I.P Benedicto XIII- Illueca (Zaragoza) Curso: 5º Prueba: 3 Título: Haz bien sin mirar a quien Velocidad: 350ppm Una pobre viuda tenía un hijo muy hermoso. Como no lo podía mantener, le aconsejó se marchase a probar fortuna. Le dio muchos besos, unas alforjas, un pan, y le encargó que nunca olvidase la máxima Haz bien sin mirar a quién. Anda que anda, el chico llegó a la orilla de un ancho y cristalino río. Se sentó, comió un pedazo de pan, y le echó unas miguitas a un pájaro muy bonito. El animal se acercó sin temor, el muchacho lo cogió, lo metió vivo en las alforjas y pensó: - Me lo comeré asado cuando se me acabe el pan que me dio mi madre. En el momento, recordó que ésta le había encargado: Haz bien y no mires a quién, y soltó al pájaro, que voló cantando de alegría.