Presentación del P. Siverio Velasco Entrega 3ª Historia del Canon del Antiguo Testamento II: Recepción cristiana La Iglesia primitiva recibió el canon del A. Test. de la tradición judía. Pero no como canon cerrado, pues aún no existía. Veremos la historia de la constitución desde los tiempos de Jesucristo. Pero sin ver aún el final, pues la definición dogmática fue juntamente con el Nuevo Testamento.

a) El canon del Antiguo Testamento en el Nuevo Test. Jesús y los apóstoles aceptaron la tradición judía de forma natural y sin discusiones. Aludían frecuentemente a las “Escrituras”, dándolas una extensión similar a lo que entendía la gente que les escuchaba. Y también usaban la terminología más conocida de Ley y los profetas para las dos primeras partes. Para la tercera parte solían usar el término de “salmos”.

En el N. Test. no se da una lista de libros del Antiguo. Pero hay unas 350 citas del Antiguo en el Nuevo. En ellas se mencionan todos los libros de la Ley y los profetas, menos Abdías y Nahum. De la 3ª parte faltan: Esdras Nehemías, Qohelet, Cantar de los cantares y Proverbios. Los deuterocanónicos no se citan expresamente, pero hay alusiones claras a casi todos.

El hecho de que haya ausencias no debe sorprender pues las citas del Ant. Test, van surgiendo ocasionalmente, según las circunstancias. Generalmente las citas son tomadas de la versión griega de los LXX. Esto da a entender que esta versión y su canon era el aceptado por la comunidad cristiana del período apostólico.

b. Los deuterocanónicos del Antiguo Testamento en la tradición cristiana antigua. En los dos primeros siglos se admite pacíficamente la canonicidad de los libros protocanónicos. En cuanto a los deuterocanónicos, los padres apostólicos los citan llamándoles también “Escritura”. Lo testifican Clemente Romano y Clemente de Alejandría. También está el testimonio de algunas representaciones en las catacumbas.

Hacia fines del s. II en el ámbito judio se fijaba un canon restringido, no aceptando los libros deuterocanónicos. Los escritores cristianos, que tenían polémicas con los judíos, prefirieron dejar de lado los deuterocanónicos. Por esta razón fueron cayendo en desuso perdiendo la conciencia de sagrados. Con mayor razón se dejaron, cuando se propagaron los escritos apócrifos. Se quiso sólo aceptar los libros que parecían completamente seguros.

Por el siglo II y III se temía tener como sagrados los libros deuterocanónicos al no haber una decisión eclesial. Por el siglo III se sigue la tradición rabínica que favorece una lista breve entre los libros del Ant. Test. Influye mucho Orígenes, aunque se dude de su opinión exacta. En el siglo III y IV siguió la tendencia de optar por el canon breve con san Atanasio, san Cirilo, san Gregorio Nacianceno, san Hilario de Poitiers y san Jerónimo...

La mayoría de los padres conservaban la tradición de los deuterocanónicos.. Entre ellos están san Cipriano y san Agustín. También están: san Efrén. san Basilio y san Gregorio de Nisa. San Ambrosio y san Juan Crisóstomo. Al final del siglo IV se acepta unánimemente el canon completo en occidente. Y hacia los siglos V y VI también en Oriente.

Presentación del P. Silverio Velasco EXTRACTADO de la “Introducción General a la Biblia” del P. Miguel Angel Tábet