Jesús no está en el sepulcro. Está aquí, ahora, en medio de Nos quita los miedos, nos da su paz y nos reparte el pan.
Jesús está resucitado y resucitando en Nos hace partícipes de su alegría. Nos llenamos de confianza. Su aliento íntimo penetra en y sentimos la fuerza de su Espíritu.
Sentimos la necesidad de perdonarnos, de bendecirnos y de querernos. Nos aceptamos como somos y compartimos lo que tenemos y lo que somos. Por encima de nuestras diferencias hay un misterio que nos une. Puede ser la Palabra, puede ser el Pan, puede ser el Espíritu.
Jesús resucitado nos pacifica y fortalece para que vayamos a sembrar la Paz y a fortalecer a Jesús ilumina nuestro corazón para que podamos curar cegueras. Nos da las medicinas de su espíritu para que recorramos los caminos del mundo como y