Luego nos centramos en nuestro pecho o nuestro corazón, nos imaginamos que somos un niño recién nacido, pero muy resplandeciente, lleno de luz como un sol. Este niño lo vemos que se dedica a observar el aire que entra (inhalas) y el aire que sale (exhalas). Total un perfecto vigilante de la respiración, de esta manera relaja tu mente, es decir te sales de tus pensamientos y de los pensamientos de los demás. Aspecto fundamental para convertirnos en lo que realmente somos. Esta sencilla práctica se realiza con mucha fe, muy atento, por el tiempo que tú requieras, pero diariamente. Aspecto fundamental para convertirnos en lo que realmente somos. Esta sencilla práctica se realiza con mucha fe, muy atento, durante el tiempo que tú requieras, pero diariamente.