COMISIÓN DEL AGUA DE LA CONAGO ESTADO DE TABASCO 16 DE MAYO DE 2007

Agua Recurso esencial para la vida, es la base para el desarrollo de toda civilización, junto con el suelo, aire y la biodiversidad. En nuestro país, como en todo el planeta las sociedades se han asentado en las márgenes de cuerpos de agua, al considerarla un recurso vital para la superviviencia y desarrollo.

Sin embargo, el agua también ha sido responsable de desastres naturales en el mundo, provocando inclusive la pérdida de vidas humanas. Todo esto a partir de la ausencia de una política del agua en la que podamos manejarla y hacerla nuestro aliado estratégico, disparador del desarrollo de nuestros pueblos.

Pero en las últimas décadas, este recurso, se ha visto afectado, por su uso indiscriminado y la contaminación, poniendo en riesgo su disponibilidad y calidad.

En el contexto nacional, la disponibilidad de agua es desigual, ya que zonas como el Valle de México tienen 188 m 3 /habitante/año (muy baja) o los estados de Chiapas y Tabasco con 24,549 m 3 /habitante/año (alta). La media nacional es de 4,505 m 3 /habitante/año.

El grado de presión sobre el recurso agua en la región sureste oscila entre el 1% y el 6% (escasa presión), para el Valle de México es el 120%. Consumo total del agua en Tabasco 372 millones de m 3

La región sureste comparte una gran riqueza, lo que representa una gran responsabilidad, ya que cuenta con: Las cuencas hidrológicas con mayor descarga del país, Grijalva- Usumacinta y Golfo Centro. Los más grandes acuíferos del país y los menos explotados.

Tiene el 68% de la disponibilidad de agua del país. Alrededor del 75% de los ecosistemas de humedales, suman más de 1 millón 500 mil hectáreas.

Por otra parte, la región sureste presenta problemas comunes: Deforestación y cambios de uso del suelo. Desecación de humedales. Acelerado proceso de urbanización, así como alta dispersión de comunidades.

Contaminación del agua. Riesgos por fenómenos meteorológicos (inundaciones y sequía). Probabilidad alta de afectación de las zonas costeras por ascenso del nivel del mar (cambio climático). Insuficiente infraestructura de agua potable, alcantarillado y saneamiento.

Asimismo, los estados presentan: Ausencia o insuficiencia de políticas estatales en materia de gestión integral del recurso agua. Marco legal y administrativo ambiental y de servicios para usos del agua, distinto o insuficiente. Insuficiente coordinación entre la federación, estados y municipios para la gestión integral. Limitada capacidad financiera y de mecanismos financieros y fiscales.

Los Gobiernos de los Estados debemos reconocer: Que jugamos un rol fundamental en la gestión integral del recurso agua, en la organización de los servicios de agua y de saneamiento, así como en la conservación de los ecosistemas y los servicios ambientales que prestan estos. Que la gestión integral del recurso agua deberá beneficiarse la región sureste, con la participación de los distintos órdenes de gobierno y la sociedad.

Definir políticas y estrategias orientadas a la gestión integral del recurso agua, tomando en cuenta todos los usos (urbanos, industriales, agricultura, ecosistemas), fijando metas para su aprovechamiento, protección y conservación. Desde los estados: Homogeneizar el marco legal ambiental y de usos del agua, así como la organización de la administración pública. Estructurar mecanismos de financiamiento e incentivos.

Planes de gestión integral del recurso con enfoque de cuenca y estatales: Impulsando la ampliación de la cobertura, la calidad de los servicios de agua potable, alcantarillado y saneamiento, optimizando el uso del agua. Promover el desarrollo técnico, administrativo y financiero del sector hidráulico.

Promover el uso eficiente del agua en el sector agropecuario, pesquero e industrial. Detener y revertir la contaminación provocada por las descargas de aguas residuales. Disminuir los riesgos y atender los efectos de los fenómenos hidrometeorológicos.

Inducir el manejo integrado y sustentable del recurso, con base en el manejo y administración de cuencas, orientando como política básica la conservación del agua y los ecosistemas.

Hacer del agua en nuestra región el aliado estratégico, un disparador del desarrollo regional de una manera sustentable, en el que potencialicemos este maravilloso recurso natural con el que contamos en abundancia en el sur- sureste de nuestro país. El reto:

MUCHAS GRACIAS