SOY MARÍA

M I HISTORIA Quiero contarles mi historia y de algunos amigos. La cuento no para que me tengan lástima sino para que no les pase a ustedes o alguna persona cercana a ustedes.

E MPOBRECIDOS Mis tatarabuelos, mis abuelos y mis padres siempre han sido pobres. Somos parte del grupo de personas que históricamente han sostenido este país con su pobreza.

I NCESTO Todas las mujeres de mi casa han sido abusadas, sea por un familiar o algún “amigo” de la casa.

A BUSO SEXUAL INFANTIL Mi abuelita por ejemplo, tuvo un hijo de su segunda violación a los once años, luego a los trece tuvo otro bebé pero esta vez de un novio que quería mucho, pero su mamá se lo quitó al salir del hospital y se lo regaló a la primera persona que pasó en el momento que ellas salían del hospital. Eso la trastornó, la hizo violenta y triste a la vez. Luego nací yo y después nacieron cinco (2 mujeres y 3 varones) más de mi padrastro y adoptó dos niñas más tarde

L A CADENA SE REPITE Mi mamá, fue abusada por varios años por su padrastro y cuando mi abuela lo supo decidió irse a vivir a la calle con tal de detener tal abuso y en donde estuvo en la fila de la navaja, casi cae en prostitución…

E MBARAZO ADOLESCENTE Pero luego mi mamá se embarazó a los catorce años y nací yo y más adelante dos hermanas más. Aunque todas fuimos hijas del mismo papá, mi mamá tuvo que trabajar mucho porque él se dedicó a beber y se olvidó de nosotras.

V IOLACIONES Yo fui violada por un amigo de mami que supuestamente la ayudaba con el alquiler de la casa y mi mamá en su desesperación no me defendió. Yo consideré que no me quería, así que me fui de la casa y me dediqué a vivir en la calle.

N IÑEZ CALLEJIZADA Allí me encontré con muchas situaciones difíciles: violaciones, pero de personas desconocidas, que de vez en cuando me daban algo a cambio. Como no era tan fea, un novio me llevó a ver un hombre que nos prometió buena “lana” para los dos si ambos hacíamos lo que él nos pedía. Yo acepté pues quería salir de la calle.

M ULAS Al principio era llevando paquetitos a distintas personas en diferentes comercios: pulperías, carnicerías, tiendas. Yo no sospechaba nada, luego me di cuenta que era droga. Pero un día mi novio me dijo que el señor quería algo más de mí. Yo creí que estaba haciendo bien el trabajo y que por eso me daría una recompensa.

T RATA Me empezó a seducir y yo salí corriendo y mi novio me detuvo y me obligó a regresar porque de lo contrario a él lo “joderían”. Así poco a poco me vi envuelta en un régimen laboral de explotación sexual terrible, como a veces me revelaba me pegaban. Esta vida fue bien difícil, ya parecía una máquina amarrada a una cama pues a veces me metían hasta 20 o más hombres en un día. Vivía resentida con mi novio pero luego supe que él también tenía que tener relaciones con otros hombres, pero no se veía tan “jodido” como yo.

E L CLIENTE Gracias a un cliente logré escapar de allí. Y fui a ver si mi mamá y mis hermanas aún vivían en el mismo lugar. Y qué creen vieran cómo me recibieron, con un gran cariño que no creí me tenían.

R EINSERCIÓN Le conté a mi mamá por todo lo que pasé por su culpa y ella me llevó a un lugar donde ella recibía ayuda y mis hermanas. Ahí una mujer, como trabajadora social o algo así me ayudó a entender lo que me pasó y me preguntó si yo podía reconocer a las personas y el lugar donde estuve. Me atreví a hablar con otras personas que ella contactó y qué creen un día veo en la televisión donde llevaban a la cárcel a ese hombre y a su grupo.

O TRAS VÍCTIMAS / VICTIMARIOS Supe que al que era mi novio también lo llevaron a otro lugar, porque a él y a otros lo consideraron víctimas como yo. No lo volví a ver, espero que se haya curado bastante como yo.

N UEVA VIDA Ahora, que gracias a mi mamá y a todas esas personas que la ayudaron a ella, puedo entender todo lo que nos pasó y si usted me pregunta qué hemos aprendido de todo esto, le diré: 1. Que si algún día yo llego a tener un hijo o más, nunca, nunca voy a dejar de defenderlo, de decirle que yo estoy ahí para todo, que me tenga confianza. 2. Que nunca voy a maltratarlo ni a decirle groserías, las palabras, las burlas y algunas bromas duelen más que un “fuete” (que un castigo físico). 3. Ahora mi mamá, mis hermanas y yo estamos estudiando. Nos cuesta mucho pero nos ayudamos. Por eso, nunca, nunca voy a permitirle a mis hijos que abandonen el estudio.

O PCIONES 4. Pobres, bueno, pobres siempre hemos sido pero otra cosa es el maltrato, el abandono, el incesto. Eso es otra cosa, eso sí trastorna. A todas las mujeres de mi casa nos trastornó y sé que a otras mujeres también. 5. Mi mamá trabaja mucho y nosotras le ayudamos, pero hemos aprendido a querernos, a ayudarnos y a cuidarnos. Ahora sabemos distinguir entre un trabajo decente y otro que no lo es. 6. Ojalá hayan muchas personas y lugares como las que han ayudado a mi mamá y a mí. Si ella no hubiera estado ya acompañada quizás cuando la busqué no me hubiera salvado como lo hizo.

A LTERNATIVAS 7. Ah otro asunto, ahora nosotras también vamos a la iglesia, allí también nos quieren. 8. Yo me mantengo con cierta desconfianza, por eso en la iglesia me encargo de cuidar a los niños y las niñas. 9. En el barrio ahora tenemos más organizada la ayuda. Todas las mujeres chiquitas y grandes nos ayudamos. Cuando sabemos de que uno de los hombres maltrata a una mujer o que para criar bien a los hijos les pegan de inmediato avisamos a la Red de Rescate. Hay talleres para aprender a ser padres.

R EDES 10. La policía entra de vez en cuando pero averiguamos si esos policías están bien capacitados, si conocen de los derechos de las personas, en especial de los niños y niñas. Porque a veces ellos están de cómplices de los hombres y de los lugares de prostitución. 11. En los últimos meses en la iglesia se han organizado talleres sobre trabajo decente porque como todos somos pobres a veces nos podemos desesperar por las condiciones materiales y ahí se abre un “hueco” para caer en alguna trampa fácil de la mafia de la droga, de la prostitución y otros.

T ODO LO VIVIDO ¡ Se da cuenta todo lo que he vivido en tan corto tiempo! Pero agradezco a todas las personas que me ayudaron, aún a las malas porque nunca hubiera valorado como ahora lo hago mi vida, mi cuerpo. Saben ahora estoy en unos talleres para aprender a tener buena salud por medio de hierbas y otras técnicas porque aquí donde vivimos la mayoría por no tener trabajo fijo no tenemos Seguro Social. Eso lo estoy aprendiendo en la iglesia.